lunes, 8 de septiembre de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 19 | PDV de ________. (Maratón 6/6)

Me senté en una de las esquinas del baño. Las lágrimas por el susto caían por mis mejillas, pero no me había dado cuenta hasta que vi una de ellas caer sobre mi brazo.

Nunca me había imaginado a Justin metido en algo como eso. Siempre le veía tan bueno conmigo, amable y simpático. Era suave y muy cuidadoso cuando hablaba conmigo, o cuando me tocaba de alguna forma.

Estaba histérica. Agitada.

‘’¡Cálmate _______!’’ me obligué a mi misma. Comencé a respirar pausadamente, haciendo caso omiso a los sonoros golpes que se sentían en la puerta del baño.

—¡_______! ¿Estás hay? ¿Podemos hablar?

Respiré hondo una vez más antes de responderle: —Solo… Necesito un segundo… Por favor…

—_______ , abre la puerta, cariño. Por favor —escuché su suspiro— Bien. Te esperaré en la sala, ¿si?

—B-bien…

Hubo un silencio durante unos pocos segundos, hasta que la voz de alguien, que no conocía, se escuchó.

—¡_______! ¿Qué pasó? ¿Quién es ella? ¿Porqué actuó así?
—Cállate, Jared. Te lo contaré todo, pero vamos a la sala. Llama a los chicos para que entren y así hablar más tranquilamente, ¿vale?
—Bien.

Al sentir que los pasos se alejaban, me levanté, mientras borraba cada indicio que permitiera saber que había llorado. Me lavé la cara e intenté asimilarlo todo.

Si, fue algo… Estúpido haber reaccionado así. Pero no supe que hacer. Rasqué mi cabeza mientras mordía mi labio inferior y suspiraba. Miré la puerta por el espejo de la pared. Sabía que habían más que los tres, entre ellos, Justin que ya conocía. Bajé la cabeza.

—No temas. Sabes que si Justin te querría hacer daño, ya te lo habría echo —quise darme apoyo yo misma, ya que no tenía a nadie en ese momento.

Quité el cerrojo de la puerta y salí de allí, lo más callada posible. Me asomé por una pared para ver a Justin, Michael, y cuatro chicos más sentados allí, en los sofá de la sala mientras hablaban. Me armé de valor y, aguantando la respiración innecesariamente, me asomé mientras avanzaba a pasos inseguros hasta donde estaba Justin, jugueteando inconscientemente con mis manos. Él me vio y se levantó de donde estaba. Sentí varios pares de ojos curiosos posarse sobre mi.

—¿Estás bien? Oye, lo siento si te asusté, no quise desistirlo de una forma tan brusca.
—Yo… Estoy bien…
—Hola, soy Jared —un chico de cabellos y ojos castaños se acercó a mi, alzando la mano en mi dirección y con una radiante sonrisa iluminando su rostro.

Tomé insegura su mano, él se la llevó a los labios para depositar un beso en el dorso de ésta.

—Oh… Uhm, hola. Soy ______.
—Es un gusto, lindura.
—Si, si, si. Ya basta, Romeo —espetó Justin, mientras me tomaba posesivamente la mano y me alejaba de él.

Los demás rieron, mientras Justin resoplaba.

—_____ , te presentó a Marcus y a Jason Lodge. —señaló a los chicos que eran casi iguales, pero con ojos totalmente diferentes. Ellos me sonrieron cálidamente— Él es Kyle Wells —señaló al pelirrojo de la habitación—, y ya conoces a Jared y a Michael. Con ellos trabajo, _____.

Sonreí forzadamente, pero prácticamente me ocultaba entre los brazos de Justin que se cerraron instintivamente sobre mis hombros, mientras susurraba algo en mi oído: —No temas, linda. No te harán nada, lo prometo.


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Bueno chicas este es el final del maratón, este maratón esta dedicado a mi amiga Katia(@lxrryshipper_) ella tiene una nueva novela que se llama "Don't let me" léanla no es una novela como las otras..., el miércoles subiere el otro capitulo y los subiré como frecuentemente los subo, espero y amen la novela tanto como yo, las amo, gracias por leer<3
Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGaaba)


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Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 18 | PDV de Justin (Maratón 5/6)

_____ suspiró, antes de separarse de mi y mirarme fijamente a los ojos. Eran tan claros, y desde a esta distancia lograba distinguir todas sus formar y líneas desiguales. Iba a volver a besar aquellos deliciosos labios pero un ruido me interrumpió.

Llamaban a la puerta. 

Suspiré derrotado. Besé el cuello de _______ antes de volver a separarme de su cuerpo. Me coloqué la camisa que me había quitado después de levantarme.

—Iré a atender… —dije. Iba a salir de la habitación cuando observé como comenzaba a vestirse nuevamente, y supe allí que aquel mágico momento había desaparecido.

Bajé las escaleras frustrado mientras me arreglaba un poco la ropa y el cabello… E intentando hacer pasar desapercibida mi erección. Al abrir la puerta, vi a Michael parado allí, completamente de negro.

—Surgió un problema, Justin. Y no, no puede esperar —señaló antes de tener que escuchar mi protesta.
—Dispara.

Suspiró, sacando las manos de los bolsillos de su cazadora, dejándome a la vista la sangre que había en ellas.

—The Red Hand. Llegó hace unos días causando ya problemas. Ahora llegamos de una persecución luego de que hicieran explotar uno de nuestros camiones que iban hacía el sur. Logramos matar a su conductor, pero ellos escaparon. Llamaron advirtiendo que matarían a cada uno de nosotros. Uno por uno. Vine a buscarte para que nos ayudes a investigar sobre ellos. Se que tus padres fueron a la casa de una tía tuya. Los vi cuando íbamos en camino para acá.
—No puedo ir con ustedes.

Michael se mostró estupefacto. Era evidente ya que siempre hacía lo que él necesitaba que hiciera.

—¿Qué? ¿Porqué?
—No estoy solo.
—¿Justin? —llamó _______.


| PDV de ______ |

¿Qué estará haciendo? Me pregunté. Llevaba más de 5 minutos allí abajo. Hablaba con un hombre… Podía escuchar sus voces. Me levanté, colocándome un chal de polar sobre los hombros para calentarme y comencé a bajar las escaleras.

—¿Justin? —pregunté cuando ya llegaba al final. Vi a Justin parado allí, frente a un hombre alto, fornido y de apariencia sombría. Él clavó su gélida mirada sobre mi, luego miró a Justin.

—¿Quién es? —preguntó. Su voz gruesa y grave. Un escalofrío recorrió mi espalda. Retrocedí instintivamente.
—Ella es _______, Michael. Te dije que no estaba solo.

Lo miró duramente antes de volverse y acercarse a mi. Tomó mis manos.

—______ , él es Michael Busher. Michael, ella es _______ Deveraux. Se queda ahora en mi casa —dijo él, recalcando las últimas palabras.

Michael me sonrió a duras penas antes de hablar: —Es un gusto conocerte, _______.

Intenté sonreír, pero en vez de eso salió una mueca.

—No iré, Michael.
—Llévala, Justin. Te necesitamos ahora.
—No sabe nada.

‘’Deberían dejar de hablar como si yo no estuviera aquí’’ pensé. Bajé la mirada.

—Si te quedas aquí, podrían venir, ver las luces encendidas de esta casa y matarlos a los dos.
—El muy hijo de puta… —gruñó Justin.

‘’¿Matarnos? ¿Quién querría matarnos?’’ Comencé a retroceder, completamente bloqueada. ¿Nos matarían si nos quedábamos? Justin me miró, con expresión preocupada. Comenzó a acercarse a mi, con precaución.

—______ … Déjame explicarte, ¿vale?

Lo miré, pero no respondí. Retrocedí tanto que choqué contra el respaldo de una silla y casi caigo. Por suerte me afirmé lo bastante fuerte al suelo como para no hacerlo.

—¿Q-quién quiere m-matarnos?
—Tú no estás metida en nada de esto, _______ . Mira, ¿recuerdas la otra noche, cuando me viste salir tarde por la noche? Iba a juntarme con Michael y otros chicos. Somos una banda, que vende drogas, ¿entiendes?

Lo miré, completamente quieta. Mis sentidos me decían que comenzara a correr, así que lo hice. Corrí tan rápido como mis piernas me lo permitieron, por entre los sillones, escalones y muebles.

—¡_______! ¡Detente, _______!

Comencé a llorar de la desesperación y el miedo que sentía en ese momento. Estuve todo este tiempo con alguien que vende drogas y que probablemente mata. Necesitaba tiempo. Mucho tiempo para acostumbrarme.


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Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGaaba)



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Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 17 | PDV de Justin. (Maratón 4/6)

¡Dios! Sus labios eran exquisitos. Podría estar así todo el día. Ella estaba tensa, lograba sentirlo. Pase una mano por su nuca, enredando mis dedos entre sus sedosos cabellos. Presioné su cabeza con ésta para así dejar un firme beso. Al ver que no respondía, me aparté, algo apenado después de todo.


—Yo… Lo siento, ______ . No debí hacerlo. Me dejé llevar.


Ella se ruborizó.

—No… No te disculpes… Me ah gustado… Pero —suspiró, ruborizándose aún más— No sé… Nunca eh dado un beso en mi vida… Uhm…


Sonreí. Le había robado su primer beso. Era toda una inexperta respecto a ese tema. Acaricié su ruborizada mejilla.


—Solo relájate, ¿si?


Asintió, sin mirarme. Alcé su mentón con mi mano, para así poder verla a los ojos. Sus hermosos ojos del color del whisky. Me volví a acercar; nuestras narices chocaron, nuestros alientos volvieron a mezclarse, y nuestros ojos se conectaron. Me demoré unos segundos en darme cuenta de que ______ estaba aguantando la respiración. Acaricié su cabello suavemente antes de sonreír.


—Relájate, _______ .


Demoró en que me hiciera caso. Reí bajito antes de volver a unir nuestros labios. No hizo nada, por lo que yo abrí sus labios con la punta de mi lengua para explorar su interior. Sabía a algo que jamás había probado. Era dulce y amargo a la vez. Una combinación perfecta. Cerró sus ojos, dejándose llevar por las emociones, al igual que yo.


No estaba acostumbrado a ser tan suave con las chicas en lo que respecta a un beso. Siempre buscaba algo brusco y fuerte, pero con _____ era diferente. No podía evitarlo. Debía ser suave con ella. Era extraño en mi actuar así. Algún día mis padres sabrían lo que yo hacía; matar y vender droga. Quizás no me dejarán más ver a mi hermanita por temor a que yo le hiciera daño… Primero muerto. No quería pensar en eso en este momento, por lo que borré aquellos pensamientos de mi mente.


Tomé las manos de ______ para dejarlas sobre mis hombros y hacer que de alguna manera me abrazara, pero ella no cooperaba. Me aparté unos milímetros.


—Abrázame, _______ . No te haré daño —aseguré, antes de volver a besarla.


Su respiración era irregular, por lo que a veces se separaba de mis labios para tomar aire. Jugué con su lengua un par de veces antes de apretarla más a mi, cuerpo con cuerpo. Ella se estremeció y me abrazó con debilidad, pero al menos me había abrazado. Comencé a regar besos desde las comisuras de sus labios hasta su cuello.


—Justin… —susurró, mientras un jadeo se escapaba de sus labios.
—¿Quieres que me detenga? —susurré contra su húmeda piel.
—N… No.


Al escuchar su respuesta, inmediatamente le quité con suavidad la blusa con suavidad, dejándola solo con el sostén que mi madre le había regalado cuando llegamos aquí. Ella intentó cubrirse, separándose de mi ruborizada. Me aparté mientras corría su cabello de su frente.


—Oye… No tienes que hacer esto si no quieres —le dije.


Ella me miró, mientras suspiraba.


—No quiero que veas esto… —susurró ella.
—¿Qué cosa?
—Las marcas… Del paso del tiempo… —bajó la cabeza, sin apartar sus brazos de su pecho y estómago, intentando cubrir aquellas partes lo más que podía.
—Déjame ver, _____ .


Negó con la cabeza. Me tiré con suavidad sobre ella, dejándola bajo mi cuerpo. Le quité los brazos, agarrándola con firmeza por las muñecas con una mano y elevándolos sobre su cabeza. Ella chilló en protesta, pero no intentó volver a cubrirse. Me alcé para ponerme de rodillas; cada una al lado de su pequeña cintura y miré su cuerpo. Tragué saliva.


Las cicatrices llenaban casi cada lugar de su piel. Algunas de tonos oscuros y otras de unos tonos más claros. Tenía moretones que recién comenzaban a desaparecer, y una que otra herida casi curada por completo. Había una larga cicatriz cubriendo su vientre, de extremo a extremo. No era muy gruesa, pero era notoria por lo blanca que era. Toqué con suavidad con la yema de mis dedos, mientras la miraba a los ojos. Ella los tenía cerrados.


—¿Qué te sucedió?
—Ese día… Llegué con un golpe en el brazo. Era un moretón muy grande y muy oscuro. Papá se enfureció. Era verano y yo solo llevaba una camiseta. Me aventó un plato grande y uno de los pedazos me provocó la herida. Demoró al menos dos o tres semanas en curarse casi hasta desaparecer… Tengo otra en la espalda de esa vez, cuando caí sobre otro… Es pequeña… Justin … —gimió asustada— No me toques allí…


Dejé de tocarla. Besé su frente, sus mejillas, sus párpados, sus labios, su barbilla y cuello. Quería que se sintiera segura conmigo. Me quité la camisa y la arrojé a un lado, antes de abrazarla con fuerza.


—Te haré olvidar… Si me lo permites.
—Justin… Tengo miedo.


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Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGaaba)




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Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 16 (Maratón 3/6)

Justin me dijo que me llevaría con él a la escuela, pero antes de que yo me alejara de él, él me había agarrado del codo obligándome a quedarme. Luego dijo algo que me había dejado helada.

—Yo te protegeré en la escuela. No permitiré que nadie se te acerque o te haga daño. Te lo prometo.

La respiración se había ido de mis pulmones y solo pude quedarme allí, mirándole como una estúpida. Él me sonrió y me dejó libre para irse a su habitación. Luego de eso no lo vi más.

Estaba tendida sobre la cama boca arriba observando el blanco techo, pensando en lo sucedido esta mañana. Aimé empujándome. Yo en el hospital. Justin diciendo que me cuidaría. Mi padre… ¿Qué estará pasando por su cabeza? Me acurruqué entre los muchos cojines cuadrados y cubrí mis pies con la piezera de piel y polar. Suspiré y desvié la mirada hacía la ventana que a estas alturas de la tarde estaba empañada por la humedad y el frío. Golpearon la puerta antes de que ésta se abriera y Justin entrara, algo cauteloso, a la habitación. Me di la vuelta sin levantarme, pero cuando vi que abrió la boca y no dijo nada, me senté mientras ordenaba algo de mi enmarañado cabello. Vi su esfuerzo por hablar, así que lo ayudé.

—¿Qué sucede, Justin?

|PDV de Justin|

¡Diablos! ¿Porqué me tomaba trabajo hablar con ella? Suspiré frustrado mientras me acercaba a ella lo suficiente como para sentarme a su lado en la cama. Fue entonces cuando hablé.

—Yo solo te quería preguntar las cosas que te hacía tu padre.

Ella solo se dignó a mirarme unos segundos antes de desviar la mirada hacía otro lugar, con la cabeza gacha.

—Yo… —calló.

Le tomé las manos, intentando consolarla.

—Sólo quiero saber… No tienes que responderme si no quieres, ¿vale?
—Vale. Pero quiero que sepas… Yo… uhm… nunca le había dicho nada a nadie, ¿sabes? Solo… debes tenerme paciencia…

Esta vez fui yo quien la callé.

—Tengo tiempo —sonreí.
—Bueno… Te contaré lo peor que me ha hecho… Era verano y hacía mucho calor. Mi papá estaba tomando cerveza fría, y yo lo único que quería era algo para refrescarme, ya que tenía la boca seca. Entonces fui y le pedí un poco… Se enojó… mucho y en vez de darme un traguito, me golpeó con una de las sillas que tenía allí con él. Me rompió por segunda vez el brazo allí. Casi me mata. Cuando desperté, estaba sobre un suelo completamente húmedo por mi sangre, ya que me había echo muchas heridas algo graves. Él se había ido a trabajar. Yo sola me curé las heridas y cuidé mucho de mi brazo. Para ello debí faltar una semana a clases para evitar que Aimé me dañara en alguna otra parte —se detuvo y la vi sollozar.

Ella estaba sola en el mundo. No tenía a nadie allí para ella, y el hijo de put* de su padre no le proporcionaba ni un trago de agua fría. Las lágrimas caían de sus hermosos ojos, y eso hizo que algo muy profundo en mi interior se rompiera. Logré sentir su temor, el miedo en ellos cuando miraba a alguna persona.

La estreché firmemente en mis brazos y noté como se tensó por un momento para que luego se relajara en ellos. Escondió su rostro en mi cuello, mientras intentaba controlarse.

—No me gusta que me vean llorar —farfulló.
—Shh… Es mejor mostrar tus sentimientos en vez de guardártelos y hacer que ellos te hagan daño —intenté calmarla. No lo logré.

Estuve así unos minutos con ella, consolándola, hasta que sus sollozos se fueron controlando hasta detenerse, pero no se apartó, si no que se mantuvo apoyada en mis brazos hasta que noté que se había quedado dormida. Acaricié su suave cabello antes de acostarla junto a mi en la cama.

Habían pasado al menos cinco minutos hasta que mi madre entró en la habitación. Señalé con una mueca a ______ para que evitara hacer ruido. Ella asintió y me pidió con un gesto que saliera de la habitación. La seguí hasta el pasillo.

—Pensaba en invitar a ustedes dos para que nos acompañaran hasta la casa de tu tía Dorothea, aun que veo que eso no será posible, ¿no?

Negué: —No mamá. Me contó una de las veces que su padre le ha golpeado y lloró hasta dormirse.

Mi madre me miró preocupada y asintió.

—Pobre chica… No puedo creer todo lo que a sufrido desde que su madre murió. Que bueno que la encontraste, ¿sabes? —me sonrió y me besó cariñosamente la frente— Iré con tu padre y Jazmin , ¿bien? Cuida a _____ … Y nada de cosas, ¿eh? —me guiñó un ojo juguetonamente y salió hasta el vestíbulo donde mi padre y mi hermanita la esperaban. Mamá les dio la noticia y luego de que se despidieran de mi se fueron.

Suspiré y volví a entrar a la habitación para ver a ________ sentada, con las mejillas ruborizadas. Le sonreí y fui con ella para sentarme a su lado.

—Creo… que me dejé lleva… Uhm… lo siento… —dijo, sin mirarme.
—¿Qué? ¿Te disculpas por llorar para desahogarte? No, ni lo pienses.

Ella levantó la vista por un momento y asintió, mientras se corría el cabello detrás de las orejas. El silencio llenó el vacío de la habitación, fue entonces cuando miré sus labios que estaban entreabiertos. Rosados, suaves a la vista y para nada de secos.

Fue un impulso, o quizás no. Le alcé el mentón con una mano y me acerqué a ella para besarla.


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Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 15 (Maratón 2/6)

Justin me tomó la mano, antes de correr unos cabellos de mi rostro. Asentí con la cabeza, sin lograr sentir nada por las anestesias.

Luego de unos minutos de silencio, él preguntó: —¿Aimé siempre te hace cosas así?

Volví a asentir. Él juró por lo bajo.

—¿No te defiendes? —gruñó.
—S-si lo hago… Me golpea m-mas fuerte…

Volvió a jurar.

—¿No tienes a nadie que te ayude?
—Todos me m-molestan por culpa de Aimé… Y-yo ya estoy acostumbrada…

El silencio cayó luego entre nosotros. Jamás le había dicho a alguien lo que me hacían en la escuela, y se sentía raro hacerlo por primera vez. Agaché la cabeza, intentando ocultar mis sentimientos. Esperé a que él se fuera de allí y me molestara igual que los demás, pero no lo hizo. Se quedó allí, con mi mano entre la suya y con el pulgar acariciándome el dorso de ésta.

—Yo te cuidaré, ________.

Levanté la mirada, extrañada por lo que acababa de escuchar.

—¿Qué? —pregunté.
—Que yo te cuidaré. Nadie volverá a tocarte otra vez.
—No. No, no, no. Sería suicidio social.

Él se encogió de hombros despreocupadamente mientras sonreía.

—Yo quiero hacerlo. Deja que alguien se preocupe por ti, _______.

Asentí, algo asustada.
—M-me… ¿Me prometes que lo harás sin importar lo que suceda?

Él asintió.

—Es una promesa.

(…)

Eran las cuatro de la tarde y yo aún seguía en el hospital en la cama. El doctor llegó cuando las enfermeras me estaban entregando el almuerzo y pidió hablar en privado conmigo. Cuando las enfermeras se fueron el me dijo:

—Tienes al menos diez kilos menos de tu masa corporal ideal, _____. Debes alimentarte más.

Luego de eso, los padres de Justin junto con él y Jazmin entraron y Pattie me preguntó por mi peso. Claro estaba que el doctor se los había dicho en cuanto salió. No aguanté más. No quería seguir mintiendo y nada de eso, por lo que les conté lo de mi padre, omitiendo las veces que me golpeaba o me arrojaba contra algo.

—Mi padre desde que mi madre falleció que bebe. Se ha vuelto un alcohólico. Él me golpeaba cuando yo hacía algo mal y nunca me dejaba comer hasta hoy.

Pattie quedó estupefacta al igual que su marido. Justin me abrazó con fuerza, rogando contra mi oído que me fuera a vivir con ellos. Su madre también insistió en ello, además de sugerir ponerle una denuncia a mi padre por violencia intrafamiliar. Yo le pedí que no lo hiciera, que ya no me golpeaba –de todas formas tuve que mentir- para poder proteger a la única familia de sangre que me quedaba, ya que comenzaba a considerar que la familia de Justin era también la mía.

Pattie al final aceptó no poner ninguna denuncia en nombre de mi padre, pero me pidió que me fuera a vivir con ellos. Que me darían techo, comida, me comprarían ropa y cosas y la habitación de invitados sería mía.

No podía estar más agradecida de que el mundo me diera otra oportunidad al encontrarme con esa familia.

Me dieron el alta después. Ni Justin ni yo asistimos a alguna clase el día de hoy, pero no importaba. Íbamos Justin y yo en su auto, ya que él me había traído, y los demás se irían en el auto de la familia. Sentía la mirada de Justin en cuanto el auto se detenía por algún semáforo o alguna señal de ALTO, pero en ningún momento habló. Para cuando llegamos a su casa, yo veía desde allí mi pequeña casita. La luz estaba encendida, lo que quería decir que quizás papá estaba en casa y debería de estar muy enojado conmigo por no hacer nada en su ausencia, pero no debía preocuparme por que por ahora no iría allí.

Pattie me pasó algo de ropa para los siguientes días y una mochila negra que tenía guardada para los libros y esas cosas. Lo bueno era que tenía todo los materiales en la escuela y nada en mi casa, lo que me dejó suspirar de alivio.

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Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 14 (Maratón 1/6)

Desperté más temprano que lo habitual. A veces llegaba tarde a la escuela por no saber la hora, pero siempre me despertaba antes de que el sol saliera. Yo logré crear mi propio reloj con las colinas y el sol. Un día cuando yo ya estaba en la escuela y tocaron para entrar a clases, miré hacia las mismas colinas que veía desde mi ventana y logré apreciar que el sol estaba cuatro dedos arriba de la colina más alta.

La imagen no se me borró nunca de la mente.

Me senté en la cama y miré hacía afuera. El sol aún no aparecía, pero no me importaba. Me levanté y estiré, mientras se me escapaba un bostezo. Intenté despejar el sueño de mi mente restregándome los ojos, algo que hacía todos los días. Con la misma ropa que ayer me puse en la casa de Justin, busqué los libros que debía llevar hoy a la escuela y, como no tenía otro bolso, debía cargar con ellos ida y vuelta. Salí de la casa en silencio, por cualquier cosa y comencé mi caminata de todas las mañanas.

Los caminos de tierra estaban húmedos y mojados por la nieve que quedaba de la noche anterior. Habían posas por varios lugares y yo intentaba esquivarlos, incluso lo hacía saltando sobre ellos. Recordaba cuando era una pequeña niña y saltaba las posas luego de las tormentas. Me mojaba por completo las veces que caía sobre ellas y reía sin parar. Quise sonreír por aquellos recuerdos, pero no pude.

Estaba con la cabeza gacha, observando atentamente el camino que se encontraba frente a mi, que ni si quiera logré darme cuenta de lo mucho que ya había caminado. A unas dos o tres cuadras se encontraba la EW. Habían pocos chicos entrando a ella ya que aún faltaban al menos media hora para que empezaran las clases y la mayoría de ellos llegaban quince minutos antes.

Caminé hasta la entrada vacía hasta adentrarme profundamente por los pasillos de mi infierno diario. Habían pocos alumnos por ellos, ya que la mayoría estaría por las grandes áreas verdes que tenía la escuela. Fui a mi casillero para guardar allí los pesados libros. Mientras me disponía a poner la clave de mi casillero, sentí como unas finas manos mi lanzaban hacía atrás, provocando así que yo soltara todos mis libros y estos cayeran al suelo… Al igual que yo. Respiré profundamente, sintiendo el dolor en mi nuca por el brutal golpe que me di contra el piso. Abrí los ojos y vi como Aimé y sus amigas reían a mi lado. Gemí cuando intenté levantarme.

Pasé las puntas de mis temblorosos dedos por mi nuca lentamente y sentí un agudo dolor allí. Volví a ver mis dedos y vi las yemas de mis dedos rojas. Estaba sangrando. Suspiré.

—¡Hey! ¡_______! —escuché la voz de Justin por el pasillo. Sentía sus pasos, estaba corriendo hacía mi. Lo sentí acuclillarse a mi lado, mientras tocaba mi frente y mis mejillas.

Las risas cesaron.

—¡Hey! ¿Qué haces con la rarita? —preguntó una de las amigas de Aimé.

—¿¡Pero que creen que están haciendo!? —preguntó Justin de una forma furiosa, sin apartarse de mi lado.

—Lo que ves, cariño —respondió Aimé, con aire seductor.

Justin juró por lo bajo al ver como un charco de sangre comenzaba a formarse bajo mi cabeza. Yo en ese momento tenía los ojos cerrados ya que la luz me molestaba. Justin paso su brazo por mis hombros y cuello, al igual que con el otro por detrás de mis rodillas. Me cargó con suavidad, evitando movimientos bruscos. Pasó al lado de Aimé casi empujándola y me llevó a paso rápido a la enfermería de la escuela. Luego todo fue negro.

(…)

Desperté sobre una camilla en una habitación desconocida. Había una enfermera anotando algo en una pequeña agenda cuando miró mis ojos y sonrió.

—Hasta que al fin despiertas, linda —me dijo mientras me cubría hasta la mitas del pecho con las mantas y acomodaba mi almohada— ¿Cómo te sientes?

—Algo… Mareada… Confundida… —sacudí mi cabeza con lentitud— ¿Dónde estoy?

Ella me miró y siguió anotando.

—Estás en el hospital. Te diste un golpe muy fuerte en la cabeza y te debimos poner puntos. Ahora tienes una anestesia loca que quizás de aquí a una media hora se te quite y puede que sientas algo de dolor. También te pusieron una venda alrededor de la frente —se detuvo un momento para verificar unas máquinas a mi lado— Hay un chico afuera que pregunta a cada minuto por ti. ¿Quieres que le deje pasar?

Asentí, sabiendo que se trataba de Justin. ¿Quién si no él se preocuparía por mi? ¿Mi padre?

La enfermera desapareció y a los segundos apareció Justin por la puerta. Suspiró al verme despierta. Se acercó a mi lado y se sentó a los pies de la cama.

—¿Estás bien?

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Hola chicas, se que estuve ausente y la verdad fue porque venia muerta de la escuela llegaba, dormía y cuando me despertaba solo me daba tiempo para hacer la tarea y comer, pero bueno regrese ahora si, subiere y por mi ausencia este es un maratón de 6 capítulos seguidos \(*-*)/ espero y aman tanto la novela como yo, las amo, gracias por leerla<3

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.



Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGaaba)




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