viernes, 25 de julio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo 9 | PDV de Justin.

Michael manejó por varias calles que para ese entonces estaban vacías. Eran las 2:48 am., nadie estaría fuera a esta hora, ni menos con la ventisca que cada vez iba desapareciendo.

Iba en el lado del copiloto, mientras que Jared en el asiento de atrás justamente al medio de este y Jason al lado derecho del asiento, mirando hacía afuera, viendo por el parabrisas que de a poco se cubría con pequeños copos de nieve, por lo que Michael debía activar el limpiaparabrisas.

Solo nos demoraríamos en llegar a nuestro destino al menos cinco minutos más.

—¿Cuándo se supone que nos debía Charles? —preguntó Jared luego de unos minutos en silencio total, solo escuchando al motor ronronear.

—Dos mil dólares. Si para cuando lleguemos donde nos encontraríamos y no los tiene, lo matamos —respondió Michael.

Charles estaba metido en un gran problema. Su segundo nombre era Alan y todos lo conocían por ese, ya que nunca reveló su primer nombre que era Charles. Luego de una investigación profunda hacía él antes de entregarle la droga, descubrimos que en realidad de llamaba Charles, y para no levantar sospechas lo llamamos así cuando estamos todos reunidos. Nos había comprado diez kilos de droga para enviarla a través de un camión al extranjero. Cuando fuimos a buscar los dos mil dólares que nos debía por ello, nos dijo que no los tenía y que supuestamente hoy los conseguiría. Charles era un pequeño mal nacido bueno para nada. Varias veces otras pandillas como la nuestra (solo que de dos o tres integrantes) nos habían dicho que habían echo tratos con él, pero no les había entregado el dinero y se había ocultado. Si no tenía los dos mil dólares esta noche, su jodida vida terminaría en un cerrar y abrir de ojos.

Nuevamente pensé en la desconfianza que veía en los ojos de _______. Sacudí de forma brusca mi cabeza para quitarme el miedo de aquella chica de mi mente.

—Hey, man, ¿qué te sucede? —preguntó Jared.

Desvié mi mirada hacía él y suspiré, mientras me encogía de hombros.

—Nada.



(…)

Al llegar, Michael apagó el motor y salimos los cuatro juntos del Camaro. Entre la fría neblina, logramos apreciar una sombra acercarse a nosotros. Cabeza agachada y espalda encorvada hacía abajo. Llevaba las manos en los bolsillos mientras caminaba a grandes zancadas hacía aquí.

Michael nos miró e hizo una seña con la cabeza, lo que Jared, Jason y yo entendimos muy bien. Metí la mano bajo la chaqueta y agarré mi pistola, listo para cualquier cosa al igual que Jason y Jared, quien la tenía dentro del bolsillo de su chaqueta de cuero.

Alan o Charles se acercó a nosotros, y en cuanto notó nuestra presencia sobre las sombras, alzó la cabeza y suspiró. Se plantó frente a Michael, quien era una cabeza más alto que él y lo miró.

—Lo siento chicos, no logré conseguir el dinero. Será para la próxima —dijo con una cínica sonrisa en su rostro.

Michael negó con la cabeza, su expresión dura y fría.

—El problema aquí, Charles —hizo una pausa— es que no habrá una ‘’otra vez’’ —dijo haciendo las comillas con dos dedos de cada mano en el aire —¿Justin?

Lo miré con una expresión seria. Dura. Fría y calculadora. Saqué la pistola y apunté hacía él, mientras me acercaba lo necesario para posicionarla sobre si cabeza.

—Si intentas escapar, te daré donde más te duele.

Noté como su nerviosismo comenzaba a aumentar, provocando que pequeñas gotas de sudor aparecieran sobre su frente. Tragó duro y asintió.

—Ve al callejón de tu derecha. Iré atrás de ti, bastardo.

Dudando, comenzó a caminar hacía donde le indiqué. Miré a Jared, Jason y a Michael y asintieron al unísono, dando a entender que me daban su consentimiento para que yo matara al imbécil de Charles.

Supongo que Charles aprovechó mi pequeña distracción, porque comenzó a correr calle abajo. Maldije por lo bajo mientras comenzaba a correr tras él. Apunté con la pistola a su espalda y disparé.

Una. Dos. Tres.

Cayó su cuerpo ya sin vida al suelo. Me detuve mientras recobraba el aliento.

—Llamen a Kyle y Marcus. Pregunten si ya entregaron el pedido. Si es así, díganles que traigan la camioneta, por que ni loco ensucio mi Camaro con la sangre de este imbécil.

Jason de inmediato, luego de escucharme, sacó su móvil del bolsillo de sus jeans y marcó. Luego de terminar la llamada, me dijo: —Dijeron que veían hacía acá. Llegaran en menos de dos minutos.



(…)

Entre los seis, cargamos el cuerpo de Charles y, luego de meterlo a una bolsa larga y negra de plástico, lo metimos a la maleta de la camioneta roja. En ella se subieron Michael, Kyle y Marcus. Jared, Jason y yo nos iríamos en mi Camaro, no sin antes limpiar la sangre esparcida por la acera lo más posible.

Manejamos por pastizales hasta alejarnos de la ciudad.

Enterramos el cuerpo de Charles lo más profundo que podíamos para luego desaparecer sin dejar rastro.

Llegamos a nuestro edificio y los demás se adentraron a este. Yo antes de bajarme, miré la hora de mi reloj: 5:32 am. Debía llegar a mi hogar antes de las 6 am. Detuve a Michael antes de que entrara.

—Debo irme ya, Michael. Despídeme de los chicos.

El asintió.

—Bien. Adiós Justin. Te llamaré cuando tengamos trabajo.

Asentí y me subí a mi coche. Lo encendí y arranqué, camino a casa.

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Hola chicas ñ-ñ De verdad perdón por no haber subido capítulo el otro miércoles, tuve algunos inconvenientes y no me alcanzo el tiempo para subir capítulo, pero ya solucione todo y no se preocupen, ya estaré al corriente con la novela. Espero y la verdad les este gustando, las amo, muchas gracias por leer <3.

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.


Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGabaa)


 


No olviden que si les gusto el vlog pueden darle +1, comentarlo y compartirlo con sus amigos eso me ayudaría de mucho. Muchas gracias por leer y nos vemos hasta la próxima(-8

lunes, 21 de julio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo 8 | PDV de Justin.

La noche, callada y silenciosa. Fría y oscura. Este era mi hogar por las noches. Nadie conocía este lado de mi, nadie me conoce cuando estoy furioso, ni cuando debo hacer el trabajo.

Todos piensan que yo soy uno de esos niños buenos, pero se equivocan. 

Saqué las llaves de mi Camaro del bolsillo izquierdo de mi pantalón y entré en él. Abrí la guantera que se encontraba en el lado del copiloto y cogí mi arma de 22 mm. para guardarla en la cinturilla de mis pantalones, también cogí una bolsa de color negro de allí y la guardé dentro de mi chaqueta de cuero negro. Encendí el coche, procurando no hacer mucho ruido aun que fuera imposible y arranqué para alejarme lo más que podía de mi hogar.

Los caminos de tierra y piedras hacían que el auto se llenara de polvo y se ensuciara, aun que no me importaba demasiado. Lo único que tenía en mente era ir donde los chicos y yo nos habíamos acordado en juntarnos, a las 2:30 am. En el mismo callejón de siempre por la calle 714 de Camp Street. Debíamos reunirnos para así terminar de entregar algunos de los pedidos y terminar un ‘’pequeño’’ trabajo.

Sonreí para mis adentros. Vería la cara de ese bastardo cuando le apunte con el cañón de mi pistola sobre la cien para acabar con su patética vida. Por un momento, recordé el miedo que veía en los ojos de _______ cada vez que me acercaba a ella; un miedo profundo, terror.

Cuando vi su moretón en su pómulo me extrañé demasiado. ¿Qué le habrá sucedido? Esta tarde, cuando me la encontré sentada bajo ese árbol, no logré ver si aún lo tenía, por lo que era más que seguro que había intentado ocultarse las marcas. También fue extraño habérmela encontrado sola, casi congelada, bajo ese árbol en medio de una gran ventisca y cuando me contó lo sucedido, no le creí. ¿Haberse perdido?

Negué para mi mismo. Encendí la radio en cuanto salí de los caminos de tierra y pasé a los de cemento. En la radio que tenía puesta estaban dando ‘’Demons’’ de Imagine Dragons.



(…)

Llegué a la 714 Camp Street y luego de estacionar y apagar el motor de mi polvoriento auto, bajé con la bolsa de plástico negro y caminé hasta adentrarme en la oscuridad del callejón. Al llegar a una puerta verde, giré el pomo y entré. Respiré el aire con olor a cigarro y marihuana, ya deben estar todos aquí.

Me adentré más a la construcción que usábamos como base. El lugar estaba abandonado y nadie sospechaba de que nuestro paradero era este lugar. Entré a la sala y vi sentados en el único sofá gastado que había allí a los hermanos Marcus y a Jason Lodge, uno al lado del otro mientras ambos fumaban que se yo que cosa. Ambos tenían 17 años, eran los menores aquí con esa edad. Marcus y Jason tenían el cabello negro hasta la altura de los ojos, liso. Jason de ojos verdes y Marcus de ojos mieles. Los hermanos medían 1,80, los que le daba una edad mayor a la que tenían.

A su lado, estaba Michael Busher, el líder y el mayor de nuestra banda llamada ‘’The Black Wing’’ (La Ala Negra). Tenía 20 años y medía casi los dos metros; 1,97 para ser exactos. Cabello rubio, tez blanca y ojos azules, atraía a chicas por montones.

Y parados a los lados del umbral de la puerta que llevaba a una habitación, estaban Jared Lauper y Kyle Wells. Jared tenía cabello castaño y ojos del mismo color. Un rostro cuadrado y gran nariz, pero aún así las chicas lo encontraban atractivo. Era un poco más bajo que yo, al igual que Kyle. Jared tenía 19 y era méxicano, pero se escapó de la policía allí y llegó aquí, donde lo integramos a nuestra pandilla, mientras que Kyle tenía actualmente 18, al igual que yo. Él tenía el cabello de un fuerte rojo y usaba aros en los labios, nariz y orejas. Su tez era tigreña y un poco aceitunada en algunas zonas de los brazos y piernas. Todos tipos duros buenos para las peleas.

Lancé la bolsa sobre la mesa de centro que se encontraba allí y esperé allí, de pie alguna reacción antes de hablar.

—¿Qué debemos hacer primero, mhm? ¿Matar al bastardo de Alan y entregar el pedido, o entregar el pedido y matar al bastardo de Alan? —pregunté, mientras sacaba un cigarrillo del bolsillo de mi chaqueta y lo encendía con el encendedor que estaba sobre la mesa. Inhalé una gran calada antes de expulsar el humo por mi boca.

—Primero… —habló Michael, mientras se levantaba y tomaba la bolsa para ver su contenido: Drogas —…Nos dividiremos. Tres irán conmigo a matar a Alan y tres irán a entregarle esto a Charles —nos miró a todos mientras suspiraba para volver a hablar— Justin, Jared y Jason vendrán conmigo. Los demás, tomen la camioneta y vayan a darle las drogas a Charles.

Él comenzó a caminar a la salida, obligándonos a seguirlo por la espalda mientras los otros tres se quedaban allí parta esperar a que nos fuéramos. Le lancé las llaves de mi Camaro a Michael, quien las atrapó en el aire y nos subimos a este para partir en la dirección a la muerte de Alan.


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*Para las que no sepan, ''PDV'' significa ''Punto de Vista''.*

Hola chicas!*-* Perdón por no haber subido capitulo el otro día es que estaba ocupada con problemas familiares pero ya esta todo bien no se preocupen(-8 Bueno la novela se esta poniendo buena y cada vez va a estar mejor 7u7 Así que no se desesperen todo a su tiempo. Espero y de verdad les este gustando la novela, las amo, muchas gracias por leer <3.

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.


Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGabaa)




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lunes, 14 de julio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo 7

—¿Qué? —pregunté confundida.

Suspiró, mientras se pasaba una mano por su cabello desordenándolo por completo.

—Es que te veo… No lo sé. ¿Rara? No de la forma en la que tu crees. Es que en tus ojos logro ver tu miedo, también tu inseguridad. Era solo una pregunta de curiosidad. No importa.

Desvié mi mirada para ver hacía mies pies. No le diría mi reputación como la ‘’rarita’’ en la escuela, ni tampoco el tipo de relación que tenía con mi padre. Era obvio que cuando fuéramos nuevamente a la EW él se daría cuenta de cómo todos me trataban; se daría cuenta de que el golpe que él vio cuando se sentó a mi lado en la clase del Sr. Adams lo había provocado Aimé por haber intentado protegerme.

¿Se notará el golpe? Inconscientemente me llevé la mano hasta el pómulo de mi mejilla. No sentí el mismo dolor como el de esta tarde, pero aún así sentí unas ligeras punzadas en ella.

No, no le respondería a aquella pregunta con la verdad.

—Bueno, apenas y se t-tu nombre… —diablos, debo dejar de tartamudear.

Él rió. Notaba la diversión detrás de aquella sonrisa —Eso es obvio. Yo tampoco te conozco, pero tampoco podía dejarte allí para que murieras de frío.

Asentí, entendiendo su punto y por un momento, logré sentirme querida, aun que no fuera un cariño que se pudiera notar.

—¿Tuviste piedad de mi? —pregunté con la mayor inocencia del mundo.

El me miró realmente extrañado. Sonrió de lado mientras negaba con la cabeza.

—No sentí piedad de ti, _______. Solo te vi y me dije que debía ayudarte. ¿Qué si no? Estabas pálida y más helada que un hielo. Aún no logro entender como pudiste haberte perdido.

—No siempre fui buena con los caminos.

Asintió, mientras sonreía.

(…)

Luego de aquella conversación, la madre de Justin me llevó hasta la habitación para invitados que era del porte de mi habitación multiplicada por diez. ¡Era enorme! Tenía una cama matrimonial cubierta por colchas de color carmesí. Las paredes eran rojas y los pisos de una tierna madera. Las cortinas de un color marrón, mientras que unos visillos transparentes me separaban de la hermosa vista que se lograba apreciar desde allí. Tenía varios muebles con cajones y otros para dejar cosas. Como había dicho ella anteriormente, tenía una pequeña chimenea en una esquina que el Sr. Bieber se había tomado la molestia se encenderla para temperar la habitación.

Pattie me prestó un camisón que era de ella. Me había dicho que ya no le quedaba y que si quería me lo podía quedar sin problemas, y yo acepté.

Estuve despierta hasta las dos de la madrugada aproximadamente. Pensaba en la hospitalidad de esta familia. Ellos me habían dado alimento sin ninguna condición o golpe por en medio. Me dejaron en una cómoda habitación, mi espalda contra un suave y blanco colchón, las colchas me abrigaban tanto que ya no tenía frío. La chimenea estaba aún encendida, pero el fuego se extinguía de a poco, alumbrando la habitación y marcando las sombras de los muebles con sus movimientos cada vez más y más lentos.

Estaba fijamente viendo aquel fuego que de a poco desaparecía cuando unos pasos irrumpieron en mis pensamientos. Había alguien en el pasillo de afuera. Me levanté para caminar y abrir con lentitud la puerta.

Allí, caminando completamente de negro iba Justin. Al verme, se detuvo y puso su dedo índice sobre sus labios, procurando con ese gesto que hiciera silencio. Solo asentí mientras comenzaba a entrar nuevamente a la habitación donde me estaba quedando y, cuando estaba a punto de cerrar con cuidado la puerta, Justin me lo impidió y entró, bloqueando la salida y haciendo que retrocediera.

—Tranquila. ______, no le puedes decir a nadie que salí ahora —susurró.

Lo miré extrañada, mientras corría mi cabello temporalmente rizado desde la nuca hasta las puntas a un lado, sobre mi hombro derecho y jugueteaba con él entre mis dedos.

—¿Dónde vas? Claro, si es que no te importa responder… —susurré.

Negó, mientras me dedicaba una leve sonrisa de lado, alzando la comisura izquierda de sus rosados labios.

—No, no puedes saber.

Asentí, mientras bajaba la mirada.

—Yo… Creo que intentaré dormir algo… —murmuré. Alcé nuevamente la vista para ver como asentía con la cabeza y retrocedía.

—Buenas noches, ____ —sonrió y salió de la habitación.

_____… Mi madre me decía así. Cuando murió, pensé que jamás escucharía ese apodo nuevamente. Recuerdos de ella llenaron mi mente de una forma instantánea, provocando que mis ojos se llenaran de lágrimas y mi visión se volviera borrosa por ellas. Sorbí por la nariz mientras secaba las esquinas de mis ojos y volvía a la cama para enterrarme profundamente bajo las colchas e intentar reconciliar el sueño luego de un terrible primer día.

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Hola chicas!(: Alguna vio ayer la final del Mundial? Yo si y estuvo OMAIGA!*o* GANO ALEMANIA!! La verdad que Alemania se 
merecía esa victoria ya sera el otro año Argentina  c:, bueno cambiando de tema ¿Les esta gustando la novela? ¿Si? ¿No? Pues si les gusta me alegro y si no pues también(?) xD Espero y de verdad les guste mucho la novela las amo <3

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.


Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGabaa)




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sábado, 12 de julio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo 6

La luz casi me cegó por completo. Habían varias luces encendidas a medida que Justin me hacía avanzar, poniendo sus manos en mis hombros. Estábamos en la sala de bienvenida, donde habían varios muebles de aspecto antiguos, floreros, fotografías enmarcadas y algunos espejos. El suelo era flotante, de madera, que estaba cubierto por una larga alfombra color rojo carmesí con detalles amarillos y negros. Era tan acogedor. El calor de la chimenea llegaba incluso hasta donde estábamos nosotros, lo que le daba un aire tibio y amigable dentro de las paredes. Habían algunas puertas y pasillos a medida que avanzábamos, lo que me daba una gran impresión del enorme lugar en el que estaba.

—¿Justin?

Una voz femenina me sacó de mi sueño despierta. Justin me guió por una puerta hasta abrirla y entrar. Las luces estaban encendidas, de un color blanco brillante, que iluminaba toda la enorme cocina. Una señora, de unos treinta y tantos años, estaba frente a una olla revolviendo lo que se veía como salsa de tomate. Su mirada se dirigió a Justin para luego caer en mi. Detuvo lo que estaba haciendo, se limpió las manos y con una sonrisa se acercó a nosotros.

—Bueno, ¿Quién eres, linda? —sonrió.
—B-bueno… Y-yo…
—Ella es _____ mamá —dijo Justin.

Lo miré, intentando de alguna forma agradecerle con la mirada, pero cuando desvió su mirada de su madre hasta mi, me sentí intimidada y tuve que desviar la mia.

—Es un gusto conocerte, ______ . Soy Pattie, la madre de Justin —sonrió de una forma amable, mientras se acercaba a mi y me tomaba las manos con suavidad.

Suavidad… Desde que murió mi madre que no la había sentido.

Ella me miró, luego miró a Justin fijamente. Me soltó las manos mientras me tocaba las mejillas y la frente. Hizo una mueca.

—Tienes fiebre. ¿Qué sucedió, Justin?
—Iba de camino a mi auto después de ir a buscar una… cosa, y me la encontré sentaba bajo un árbol a media tormenta. Cuando me acerqué, temblaba y estaba realmente muy fría. La lleve a mi auto para abrigarla y ella me dijo que había salido justo cuando comenzaba la tormenta y, al momento de querer regresar a su casa, no lograba ver nada y ya estaba perdida en ese momento. No se más.

Pattie asintió, mientras me guiaba con cariño a una silla y hacía que me sentara allí.

—Te prepararé algo de té y te daré algo para la fiebre. Te puedes quedar en la habitación de invitados que está arriba por esta noche. Tiene una propia chimenea, aun que es algo pequeña. No creo que sufras de nuevo frío cariño —sonrió— Estaba haciendo la cena, por lo que quizás te gustaría comer algo antes de llevarte a la cama.

¿Comida? ¿Dónde estaba la amenaza o el favor a cambio de ella? ¿Me la daría gratis?

—Oh, claro, gracias —sonreí, intentando ser amable.





(…)


Luego de cenar y conocer al resto de la familia Bieber, quienes la conformaban Pattie y Jeremy Bieber, y sus hijos, Justin y Jazmin, la pequeña hermanita de seis años de Justin. Era muy tierna, y de alguna forma me recordaba a mi cuando tenía su edad. Además, era muy risueña y preguntaba de todo, pero no me aburría de ella. Es más, me entretenía resolviendo todas sus dudas.

—Jazmin, deja a ______ en paz —dijo Justin, cuando estábamos en la sala frente a la chimenea.

Pattie me había dicho que me quedara allí unos minutos para recuperar mi calor corporal. Estaba funcionando, ya sentía cómo el frío se iba de mi cuerpo y el calor comenzaba a remplazarlo de a poco. Justin me estaba acompañando, mientras el Sr. y la Sra. Bieberterminaban de limpiar todo en la cocina. Jazmin estaba sobre las piernas de Justin mientras le revolvía el cabello de una forma graciosa.

—¡¿Pero, pero, pero, pero porqué?! —dijo mientras fruncía su frente.
—La debes estar cansando, Jaz.
—No, no me está cansando —le dije a Justin. Él me miró y se encogió de hombros despreocupadamente mientras suspiraba.
—No sabes lo preguntona y odiosa que es cuando conoce a gente nueva. Un poco más y les pide una biografía de ellos mismos —dijo mientras le revolvía de vuelta su claro cabello con una risa.
—¡Oye! ¡No lo hagas!
—Oh, ¿no?
—¡No! —chilló riéndose.

Justin me miró antes de comenzar a hacerle cosquillas en el estómago a ______. Ella comenzó a retorcerse entre sus brazos mientras reía y chillaba. Reí con ellos mientras los veía divertirse de esa manera juntos.

—¡No, Justin! ¡_______, ayúdame! —chilló entre risas.

Me detuve. ¿Qué hago? ¿Me uno e interrumpo? Me encogí en mi lugar, mientras sentía como Justin detenía las cosquillas y bajaba de sus piernas a Jazmin, quien aún reía y sonreía.

—Jazmin, ¿porqué no vas a jugar con tus muñecas, mm? —sugirió de repente.
—¿Vienes conmigo ________? —preguntó Melissa.
—Ella va después, linda.

La pequeña asintió y se fue brincando hasta las escaleras y comenzar a subirlas hasta desaparecer de nuestra vista. Justin se giró hasta mi y me miró. Su mirada miel curiosa y extrañada, mientras recorría mi delgado y debilucho cuerpo con ellos.

—¿Qué tienes? —preguntó luego de unos segundos.


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Hola chicas *-*' Mañana es la final del Mundial! OMG!*o* La verdad yo quiero que gane ALEMANIA se me hace mejor equipo que Argentina pero ya se vera en el partido y que gane el mejor. Cambiando de tema, se que los capítulos de la novela son cortos pero es que la novela no es muy larga pero si es muy interesante y bonita, amo la historia por el significado que deja. De verdad muchas gracias por leer la novela, las amo♥ 

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.


Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGabaa)




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miércoles, 9 de julio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo 5

Alcé temblorosa la vista, reconociendo la voz. ¿Porqué justamente debería encontrarme con él? No era justo, y menos estando como estaba ahora; con frío, pálida y con los labios mas oscuros que una mora mientras temblaba como un chihuahua.

—¿Quién está hay? —volvió a preguntar Justin. Sentía sus pasos acercarse cada vez más al lugar donde estaba acurrucada junto al viejo árbol.

—S-soy yo —mi voz apenas y fue un murmullo. Esperaba a que él me hubiera escuchado. Hubo un momento de silencio y yo ya estaba pensando que se había dado media vuelta y se hubiera ido, abandonándome aquí en el frío.

—¿______? —lo escuché acercarse algo más rápido que antes hasta que logré ver su oscura silueta entre los copos de nieve y el viento que se lograba apreciar como una neblina blanca. Sentí sus profundos ojos mieles mirar hacía mi dirección, pero no me inmuté ya que no podía estando así de congelada.

Se acercó a mi a grandes zancadas para ponerse de cuclillas frente a mi. Tenía puesta una bufanda gris y un gorro negro de lana. Sobre sus hombros, llevaba una chaqueta impermeable que traía desabrochada, lo que me dejaba apreciar lo abrigado que estaba con una camiseta gruesa y un polerón de polar. Se bajó la bufanda y me miró escéptico.

—¿Qué haces aquí y estando así de desabrigada?

Acercó su mano para tocarme la frente, pero al hacerlo la apartó de inmediato.

—Estás congelada. Dios, _____. Puedes morir estando aquí afuera. Acompáñame. —no era una sugerencia, más bien una orden. Negué temblorosa sin decir nada. Él se levantó y me agarró bajo las axilas, alzándome y obligando a mi cuerpo a levantarse —No te dejaré aquí para que te mueras de frío. Te llevaré a mi casa y en el camino dejaré que me expliques la razón del porqué estar aquí sentada y congelándote.

No me podía mover, y eso lo noté cuando intentó hacer que caminara. Los músculos de mis piernas no reaccionaban y dolían de una forma desagradable. Negué, mientras que, con miedo, me aferraba al cuerpo de Justin para evitar caerme.

—N-no me p-puedo mov-ver —mi voz salía entrecortada por la fuerza que hacían mis pulmones al intentar inhalar aire caliente. Eran los primeros síntomas de que estaba comenzando a sufrir de hipotermia.

Justin me miró y, sin esfuerzo alguno me levantó y me apretó contra su cálido cuerpo, esperando que así intentara recibir algo de calor. Caminó hasta llegar a su auto, que era donde se dirigía inicialmente y me subió al asiento del copiloto, cerrando la puerta. Luego se subió el tras el volante y comenzó a manejar entre los caminos nevados. Encendió la calefacción del auto y sentí como el aire caliente comenzaba a chocar contra mi rostro. En ese momento tenía los ojos cerrados, intentando inhalar el cálido aire que estaba dentro del coche.

Luego de unos minutos, abrí los ojos y vi como en ese momento Justin dirigía su mirada hacía la mía y suspiraba. Se quitó la bufanda y con cuidado, la enrolló alrededor de mi cuello, sin siquiera desviar la mirada del camino.

La bufanda tenía su aroma masculino y estaba tibia por dentro. La lana era suave y producía en mi un leve cosquilleo con cada movimiento.

Tal vez él no fuera tan malo después de todo, pero aún así, sacando aquella conclusión, no logré agarrar confianza.

—¿Y bien? —preguntó, sacándome de mis pensamientos.
—¿Qué?
—Explícame el porqué, _____.

Pensé en la forma de cómo podría explicarle. ‘’Mi padre en vez de golpearme me tiró fuera de mi casa para que muriera de frío’’

No, no era convincente decirle de esa forma. Intenté en crear una mentira creíble.

—Salí a caminar y comenzó a nevar pero en ese momento no me preocupé mucho. Luego de que la tormenta comenzara más fuerte, me di la vuelta para regresar pero no lograba distinguir los caminos. Entonces me senté bajo el árbol y esperé a que la tormenta terminará… Pero como puedes ver la suerte no está de mi lado —intenté que sonara lo más convincente posible y que no sospechara de que era una mentira.

Vi su expresión, y por primera vez me fijé en cómo era su rostro. Tenía una nariz entre recta y respingada de un tamaño que se veía bien en su rostro. Sus labios eran de un color rosado pálido, pero no sabía si eran así o por el frío. Su labio superior era fino a comparación con el superior que era carnoso y un poco más oscuro que el superior. Tenía una ligera barba de un día cubriendo la parte inferior de su rostro. Sus mejillas eran lisas, sus pómulos levantados lo que le daba una forma extravagante a su rostro. Su mentón estaba partido ligeramente por la mitad. Sus ojos eran largos y finos, que estaban rodeados por unas largas y finas pestañas de color negro. Sobre ellos, unas espesas cejas del mismo color.

Sus ojos se salieron por un momento del camino para mirarme fijamente, antes de desviar su mirada. Me sentí intimidada, por lo que me di la vuelta para observar por la ventana y acurrucarme contra el asiento de piel mientras esperaba en silencio su respuesta.

Suspiró antes de hablar: —¿Cómo puedes perderte? —preguntó.

Me encogí de hombros mientras juntaba mis congelados párpados y esperaba a que la calefacción me calentara lo suficiente como para dejar de temblar. Aun que no sabía si estaba temblando por frío o por el miedo y la inseguridad que tenía hacía él. —No lo sé.

El camino fue una eternidad, por más que solo hubieran pasado cerca de dos o tres minutos. Detuvo el auto, sacando las llaves de la chapa y abrió la puerta, mientras yo abría los ojos para encontrarme frente a una enorme construcción. Jamás pensé que de cerca sería aún más enorme. A través de las ventanas lograba apreciar un ambiente acogedor; las luces estaban encendidas y en lo que parecía ser la sala había una gran chimenea encendida.

La puerta de mi lado se abrió y vi como la mano de Justin se acercaba a la mía para agarrarla firmemente y sacarme de allí con cariño. Me cubrió con un brazo para que el frío no me volviera a consumir y, luego de bloquear el auto, me llevó adentro a pasos rápidos. Entró y sentí como un aire cálido y suave se aferraba contra mi piel descubierta. Miré a mi alrededor boquiabierta, jamás hubiera pensado que su casa sería así de grande.


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Hola chicas ñ-ñ HOY GANO ARGENTINA!~(*-*)~(*-*)~ Estoy tan emocionada de que Argentina haya ganado porque pasaron a la final(: y van contra Alemania, ojala y Argentina gane, pero bueno cambiando de tema, ¿Les esta gustando la novela? espero que si c: Muchas, pero muchas gracias por leer la novela se los agradezco mucho ♥

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.

Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGabaa)




No olviden que si les gusto el vlog pueden darle +1, comentarlo y compartirlo con sus amigos eso me ayudaría de mucho. Muchas gracias por leer y nos vemos hasta la próxima(-8

lunes, 7 de julio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo 4

—¡________!

El grito de mi padre resonó por todos lugares de la pequeña casa de madera, provocando que me diera un tirón en el estómago. Las nubes negras cubrían el cielo y unos pequeños copos de nieve comenzaban a caer desde ellas. A lo lejos se lograban apreciar los rayos que iluminaban las nubes haciendo que brillaran intensamente mientras los estruendosos ruidos de ellos resonaban por toda la ciudad.

Retrocedí con miedo. Mis manos temblaban y estaban muy frías a causa del miedo que sentía en ese instante. Los fuertes pasos de él resoban por el pasillo, sabía que se dirigía hacía aquí para hacer de mi lo que a él le diera la gana. El pomo de la puerta giró de una forma brusca para que mi puerta se pudiera abrir, dejando a la vista a mi padre. Sus ojos, inyectados en sangre, miraban con furia hacía mi débil cuerpo. Tenía su traje que usaba para su trabajo. Mi padre trabajaba en una empresa que creaba papel de todo tipo como conserje, por lo que no ganaba demasiado. Su traje era un entero de un color azul grisáceo, y a un lado de este, tenía una placa que decía ‘’Seth Deveraux’’.

Se acercó a mi de una forma brusca para agarrarme del cabello. Gemí por el agudo dolor de mi cuero cabello, mientras me arrastraba fuera de mi habitación y fuera de la casa. Me lanzó al suelo que ya había acumulado algo de nieve y me miró de una forma sombría.

—No te golpearé por que estoy cansado. Tú te quedarás aquí para que mueras con el frío.

Dicho aquello, caminó hasta entrar a la vieja casa y cerrar la puerta, dejándome fuera en el frío.
Prefería esto mil veces a que me golpeara. Suspiré aliviada.

Puede que me congelara aquí afuera, pero no moriría durante la noche por horribles dolores.

Me levanté, tocando mi cabeza donde dolía. Al menos tenía puesto aquel polerón que había encontrado en la biblioteca, solo esperaba a que me abrigara lo suficiente como para no sentir demasiado frío. Guardé mis manos en formas de puños dentro del bolsillo canguro del oscuro polerón y comencé a caminar, para buscar un lugar donde podía dormir sin morir de hipotermia.

A medida que pasaban los minutos, el viento frío comenzaba a azotar mi rostro, congelándome hasta los huesos. Mi labio inferior temblaba y ya estaba segura que estaba de un color morado. Mi nariz, la notaba roja y helada, mis dedos algo calientes pero aún así el viento traspasaba mi ropa.

—¿D-dónde me podré q-quedar? —suspiré, viendo como mi aliento se lograba apreciar como vapor por el frío.

Estuve caminando aproximadamente diez minutos congelándome. Mi padre jamás me había dejado salir de uno de mis errores sin un golpe, pero esto era el infierno mismo. El frío cubría el paisaje blanco, mientras la nieve continuaba acumulándose bajo mis pies. Algunos copos me cubrían el rostro o se quedaban atrapados en mi cabello. Mi cuerpo temblaba de una forma increíble, sentía mi respiración más pesada y mi pulso bajo. Estaba sentaba bajo un árbol con un tronco grueso, mis rodillas al pecho mientras las abrazaba intentando contener algo de calor.

Intentaba recordar las veces en que mi padre me había dado cariño. Fue antes de que mi madre muriera hace años. Los tres éramos una familia feliz, mi madre siempre me cantaba para poder dormir en las noches. Cuando tenía pesadillas, ella venía conmigo y se acurrucaba a mi lado hasta que yo me dormía en sus cálidos brazos.

Extrañaba aquellos días.

Unas pisadas se escucharon a lo lejos, pero el viento y la nieve cubría los sonidos. Yo lograba sentir una presencia cerca del lugar donde estaba, pero mis sentidos se estaban debilitando. Un escalofrío apareció por mi columna vertebral, haciendo que temblara aún más que antes. Aquellos pasos volvieron a aparecer.

—¿Q-quién es? —mi voz penas salió un susurró que el viento se llevó. No sabía si quizás me había escuchado o no, pero no quería hacerme esperanzas.

Las pasos se detuvieron. Quizás había sido algún animal, un perro o un zorro. Gemí por el frío, mis dientes castañeaban. Me aferré a mi propio cuerpo y escondí mi rostro entre mis extremidades para protegerlo del frío invernal.

—¿Hola?


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Hola chicas^-^ Chan, chan, chan :o que pasara en el siguiente capitulo, tendrán que esperar hasta el miércoles, pero no se desesperen ya viene lo bueno, la rayis ya va a conocer a Justin y sera muy feliz o tal vez... nuevos problemas vendrán a ella? ... lo sabrás hasta el próximo capitulo. Gracias por leer la novela las amo porque ya subieron las lectoras espero y la amen tanto como yo. xx -Emilia


Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGabaa)





No olviden que si les gusto el vlog pueden darle +1, comentarlo y compartirlo con sus amigos eso me ayudaría de mucho. Muchas gracias por leer y nos vemos hasta la próxima(-8

miércoles, 2 de julio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo 3

Las clases ya habían terminado y yo iba camino a mi pequeño hogar. Aun que sabía que hoy a papá le pagaban y lo más probable era que fuera a emborracharse, aún cabía la posibilidad de que esté en casa. Se enojará al ver moretones en mi piel que no fueron hechos por el. Mi ojo herido ardía y con él veía nublado, claro, por que la sangre me impedía ver con claridad. Mañana desaparecerían los rastros de sangre, no es la primera vez que sufro algo como esto… Y no será la última.

Iba por uno de los tantos caminos de tierra, rodeado de pastizales secos y grandes prados y terrenos. A lo lejos, había una gran mansión que habían estado construyendo hace más de un año, instalando de todo. Sabía que tarde o temprano los dueños de aquella mansión llegarían a ella a vivir. Cuanto daría por lograr tener una casa así de grande.

El viento soplaba con ferocidad, moviendo mi cabello de una forma agitada. Las puntas chocaban contra mis mejillas y alrededor de mis ojos, por lo que cada vez tenía que colocarme algunos mechones tras mis orejas para que así no me molesten. El día había comenzado soleado, pero en este momento las nubes negras comenzaban a llegar desde el horizonte, prometiendo una tormenta.

Las pequeñas piedras comenzaron a temblar bajo mis pies, y, dándome vuelta, logré ver como un Chevrolet Camaro se acercaba a paso medio, por encima de la tierra dejando tras suyo una larga nube espesa de polvo. De color negro como la noche, sus luces resaltaban. Aun que estuviera pasando por un sendero de tierra y rocas, estaba limpio y reluciente, como si nada. Me aparté, deteniéndome para dejar pasar al coche, pero cuando ya estaba pasando por mi lado, se detuvo. No sabía si debía correr o no. ¿Quién era? ¿Me haría daño?

La ventana del lado del conductor comenzó a bajarse, dejando a la vista a un chico con una chaqueta de cuero negra con el cuello levantado, llevaba lentes de sol oscuros. Cuando me miró, me sorprendí al ver a Justin.

—Hola… —me dijo, supongo que intentando recordar mi nombre. Pero sabía que no lo sabía, nadie me nombra por mi nombre, solo con los apodos que llevo sobre mi.
—_______ —me avergüenzo al notar que mi voz sale tartamuda. Agacho la cabeza.

El me mira, como notando mi incomodidad. Abre la puerta y baja del coche, para que de inmediato me ponga tensa de una manera rápida y retroceda de él. Al ver mi reacción, se detiene extrañado. Se quita los lentes y se agita el cabello, dejándolo desordenado antes de decir —Oye, no te haré daño.

Me negué a mirarlo. Solo asentí antes de retroceder más y comenzar a caminar a grandes zancadas para alejarme lo más posible de él. Sentí llamándome, pero lo ignoré con miedo. ¿Qué me haría? No confiaba en él por que no lo conocía. Tampoco conocía sus intenciones conmigo. Sus pasos se acercaban a gran velocidad, por lo que me di vuelta para verlo correr hacía mi. Ahogué un grito en mi garganta y me di vuelta por completo para quedar frente a él. Puse mis manos hacía su dirección, con las palmas extendidas hacía arriba. Comencé a retroceder a medida que el se acerba a mi cuerpo ya de una manera más lenta.

—N-no me hagan nada. Espera hasta m-mañana en la esc-cuela para golpearme si quieres —me encogí, mientras volvía a retroceder otro paso.

‘’¡No te dejes ganar,_____!’’ me dije a mi misma.

Su rostro mostraba confusión. Noté como su mirada se dirigía al moretón que tenía alrededor de mi ojo derecho y vi en su mirada como comenzaba a comprender todo. Me miró fijamente con aquellos ojos mieles, mostrando a través de ellos compasión y lástima. Dio un paso hacía mi, con lentitud e inseguridad. Al ver que no me moví, avanzó otro paso. Me tensé aún más e intenté dar otro paso hacía atrás cuando su voz me hizo detener mis movimientos.

—No te haré daño, _______ . No retrocedas —me pidió.

Lo miré nuevamente y volví a bajar la mirada, quedándome quieta mientras él se acercaba a mi nuevamente hasta quedarse frente a mi tenso cuerpo. Pasó el dorso de su dedo índice sobre los moretones, provocando que cerrara con fuerza mis ojos, temiendo que me golpee. ¿Confiar en su palabra? Ya lo he echo, y nada sale como se supone que debería pasar. He confiado en la palabra de muchas personas, pero ellas terminan lastimándome de todas formas.

—No… No hagas eso… Por favor —rogué.

Al segundo, sentí su mano salir de mi piel. Él retrocedió un paso para darme espacio, cosa que agradecí interiormente. Abrí los ojos para verlo mirándome fijamente.

—¿Dónde vives? Quizá te podría llevar hasta tu casa —ofreció con amabilidad.

Negué con la cabeza.

—No… No estoy lejos —miré hacía la dirección de mi pequeña casa.
—No veo que vivas tan lejos de mi. Ya sabes, cualquier cosa, puedes ir a mi casa —apuntó hacía la mansión que estaba a lo lejos.

Lo miré. Ya se notaba que era un niño rico, por el auto y su ropa. Asentí, y sin despedirme, comencé a correr hacía mi casa.

No volví a pensar en el encuentro que había tenido con Justin después de clases, ya que recordaba la forma que cobardemente evité su mirada y su proximidad a mi espacio. Estaba justo ahora encerrada en mi habitación, intentando ocultar los moretones con la base que ocupo para ocultar ojeras de vez en cuando. Me miraba en pequeño pedazo de espejo roto que había recogido cuando mi padre me había lanzado contra en espejo de cuerpo entero de la sala que antes era de mi madre. Había pensado en usarlo ese momento para defenderme, pero no pude hacerle daño a mi padre.

Cuando acabé, vi hacía afuera, hacía la mansión de Justin. Las luces estaban encendidas, y de la chimenea salía un leve humo gris oscuro. ¿Cómo se sentirá estar frente a una chimenea encendida? Bajé la mirada al pensar en aquello. Sentí la puerta de la entrada abrirse con fuerza, y hay supe que papá había llegado.

—¿Tan temprano? —susurré para mi misma.

Debería haberle echo la comida, peor recién había llegado, y había venido directamente aquí para cubrir la evidencia de que era golpeada por alguien más. Me encogí, tampoco había lavado los pocos platos que teníamos.

Estaba acabada.

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Hola chicas:3 ¿Cómo están? Yo todavía no logro superar que perdimos contra Holanda ya han pasado 4 días y no lo supero:c Pero bueno hablando de otras cosas, ¿Les gusta 5 seconds of summer (5sos)? Yo los amo♥ y si ustedes los aman también lean la novela "Solo por publicidad" de KarlaRodriguez661 es una de mis mejores amigas y de verdad la novela es muy buena se las recomiendo. Estaré subiendo capítulos todos los lunes, miércoles y viernes, los subiré más seguido como se dieron cuenta, porque ya estoy de vacaciones y tengo mucho tiempo libre(: 

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación, xoxo -Emilia^^ 

Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGabaa)



No olviden que si les gusto el vlog pueden darle +1, comentarlo y compartirlo con sus amigos eso me ayudaría de mucho. Muchas gracias por leer y nos vemos hasta la próxima(-8