lunes, 8 de septiembre de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 19 | PDV de ________. (Maratón 6/6)

Me senté en una de las esquinas del baño. Las lágrimas por el susto caían por mis mejillas, pero no me había dado cuenta hasta que vi una de ellas caer sobre mi brazo.

Nunca me había imaginado a Justin metido en algo como eso. Siempre le veía tan bueno conmigo, amable y simpático. Era suave y muy cuidadoso cuando hablaba conmigo, o cuando me tocaba de alguna forma.

Estaba histérica. Agitada.

‘’¡Cálmate _______!’’ me obligué a mi misma. Comencé a respirar pausadamente, haciendo caso omiso a los sonoros golpes que se sentían en la puerta del baño.

—¡_______! ¿Estás hay? ¿Podemos hablar?

Respiré hondo una vez más antes de responderle: —Solo… Necesito un segundo… Por favor…

—_______ , abre la puerta, cariño. Por favor —escuché su suspiro— Bien. Te esperaré en la sala, ¿si?

—B-bien…

Hubo un silencio durante unos pocos segundos, hasta que la voz de alguien, que no conocía, se escuchó.

—¡_______! ¿Qué pasó? ¿Quién es ella? ¿Porqué actuó así?
—Cállate, Jared. Te lo contaré todo, pero vamos a la sala. Llama a los chicos para que entren y así hablar más tranquilamente, ¿vale?
—Bien.

Al sentir que los pasos se alejaban, me levanté, mientras borraba cada indicio que permitiera saber que había llorado. Me lavé la cara e intenté asimilarlo todo.

Si, fue algo… Estúpido haber reaccionado así. Pero no supe que hacer. Rasqué mi cabeza mientras mordía mi labio inferior y suspiraba. Miré la puerta por el espejo de la pared. Sabía que habían más que los tres, entre ellos, Justin que ya conocía. Bajé la cabeza.

—No temas. Sabes que si Justin te querría hacer daño, ya te lo habría echo —quise darme apoyo yo misma, ya que no tenía a nadie en ese momento.

Quité el cerrojo de la puerta y salí de allí, lo más callada posible. Me asomé por una pared para ver a Justin, Michael, y cuatro chicos más sentados allí, en los sofá de la sala mientras hablaban. Me armé de valor y, aguantando la respiración innecesariamente, me asomé mientras avanzaba a pasos inseguros hasta donde estaba Justin, jugueteando inconscientemente con mis manos. Él me vio y se levantó de donde estaba. Sentí varios pares de ojos curiosos posarse sobre mi.

—¿Estás bien? Oye, lo siento si te asusté, no quise desistirlo de una forma tan brusca.
—Yo… Estoy bien…
—Hola, soy Jared —un chico de cabellos y ojos castaños se acercó a mi, alzando la mano en mi dirección y con una radiante sonrisa iluminando su rostro.

Tomé insegura su mano, él se la llevó a los labios para depositar un beso en el dorso de ésta.

—Oh… Uhm, hola. Soy ______.
—Es un gusto, lindura.
—Si, si, si. Ya basta, Romeo —espetó Justin, mientras me tomaba posesivamente la mano y me alejaba de él.

Los demás rieron, mientras Justin resoplaba.

—_____ , te presentó a Marcus y a Jason Lodge. —señaló a los chicos que eran casi iguales, pero con ojos totalmente diferentes. Ellos me sonrieron cálidamente— Él es Kyle Wells —señaló al pelirrojo de la habitación—, y ya conoces a Jared y a Michael. Con ellos trabajo, _____.

Sonreí forzadamente, pero prácticamente me ocultaba entre los brazos de Justin que se cerraron instintivamente sobre mis hombros, mientras susurraba algo en mi oído: —No temas, linda. No te harán nada, lo prometo.


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Bueno chicas este es el final del maratón, este maratón esta dedicado a mi amiga Katia(@lxrryshipper_) ella tiene una nueva novela que se llama "Don't let me" léanla no es una novela como las otras..., el miércoles subiere el otro capitulo y los subiré como frecuentemente los subo, espero y amen la novela tanto como yo, las amo, gracias por leer<3
Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGaaba)


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Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 18 | PDV de Justin (Maratón 5/6)

_____ suspiró, antes de separarse de mi y mirarme fijamente a los ojos. Eran tan claros, y desde a esta distancia lograba distinguir todas sus formar y líneas desiguales. Iba a volver a besar aquellos deliciosos labios pero un ruido me interrumpió.

Llamaban a la puerta. 

Suspiré derrotado. Besé el cuello de _______ antes de volver a separarme de su cuerpo. Me coloqué la camisa que me había quitado después de levantarme.

—Iré a atender… —dije. Iba a salir de la habitación cuando observé como comenzaba a vestirse nuevamente, y supe allí que aquel mágico momento había desaparecido.

Bajé las escaleras frustrado mientras me arreglaba un poco la ropa y el cabello… E intentando hacer pasar desapercibida mi erección. Al abrir la puerta, vi a Michael parado allí, completamente de negro.

—Surgió un problema, Justin. Y no, no puede esperar —señaló antes de tener que escuchar mi protesta.
—Dispara.

Suspiró, sacando las manos de los bolsillos de su cazadora, dejándome a la vista la sangre que había en ellas.

—The Red Hand. Llegó hace unos días causando ya problemas. Ahora llegamos de una persecución luego de que hicieran explotar uno de nuestros camiones que iban hacía el sur. Logramos matar a su conductor, pero ellos escaparon. Llamaron advirtiendo que matarían a cada uno de nosotros. Uno por uno. Vine a buscarte para que nos ayudes a investigar sobre ellos. Se que tus padres fueron a la casa de una tía tuya. Los vi cuando íbamos en camino para acá.
—No puedo ir con ustedes.

Michael se mostró estupefacto. Era evidente ya que siempre hacía lo que él necesitaba que hiciera.

—¿Qué? ¿Porqué?
—No estoy solo.
—¿Justin? —llamó _______.


| PDV de ______ |

¿Qué estará haciendo? Me pregunté. Llevaba más de 5 minutos allí abajo. Hablaba con un hombre… Podía escuchar sus voces. Me levanté, colocándome un chal de polar sobre los hombros para calentarme y comencé a bajar las escaleras.

—¿Justin? —pregunté cuando ya llegaba al final. Vi a Justin parado allí, frente a un hombre alto, fornido y de apariencia sombría. Él clavó su gélida mirada sobre mi, luego miró a Justin.

—¿Quién es? —preguntó. Su voz gruesa y grave. Un escalofrío recorrió mi espalda. Retrocedí instintivamente.
—Ella es _______, Michael. Te dije que no estaba solo.

Lo miró duramente antes de volverse y acercarse a mi. Tomó mis manos.

—______ , él es Michael Busher. Michael, ella es _______ Deveraux. Se queda ahora en mi casa —dijo él, recalcando las últimas palabras.

Michael me sonrió a duras penas antes de hablar: —Es un gusto conocerte, _______.

Intenté sonreír, pero en vez de eso salió una mueca.

—No iré, Michael.
—Llévala, Justin. Te necesitamos ahora.
—No sabe nada.

‘’Deberían dejar de hablar como si yo no estuviera aquí’’ pensé. Bajé la mirada.

—Si te quedas aquí, podrían venir, ver las luces encendidas de esta casa y matarlos a los dos.
—El muy hijo de puta… —gruñó Justin.

‘’¿Matarnos? ¿Quién querría matarnos?’’ Comencé a retroceder, completamente bloqueada. ¿Nos matarían si nos quedábamos? Justin me miró, con expresión preocupada. Comenzó a acercarse a mi, con precaución.

—______ … Déjame explicarte, ¿vale?

Lo miré, pero no respondí. Retrocedí tanto que choqué contra el respaldo de una silla y casi caigo. Por suerte me afirmé lo bastante fuerte al suelo como para no hacerlo.

—¿Q-quién quiere m-matarnos?
—Tú no estás metida en nada de esto, _______ . Mira, ¿recuerdas la otra noche, cuando me viste salir tarde por la noche? Iba a juntarme con Michael y otros chicos. Somos una banda, que vende drogas, ¿entiendes?

Lo miré, completamente quieta. Mis sentidos me decían que comenzara a correr, así que lo hice. Corrí tan rápido como mis piernas me lo permitieron, por entre los sillones, escalones y muebles.

—¡_______! ¡Detente, _______!

Comencé a llorar de la desesperación y el miedo que sentía en ese momento. Estuve todo este tiempo con alguien que vende drogas y que probablemente mata. Necesitaba tiempo. Mucho tiempo para acostumbrarme.


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Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGaaba)



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Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 17 | PDV de Justin. (Maratón 4/6)

¡Dios! Sus labios eran exquisitos. Podría estar así todo el día. Ella estaba tensa, lograba sentirlo. Pase una mano por su nuca, enredando mis dedos entre sus sedosos cabellos. Presioné su cabeza con ésta para así dejar un firme beso. Al ver que no respondía, me aparté, algo apenado después de todo.


—Yo… Lo siento, ______ . No debí hacerlo. Me dejé llevar.


Ella se ruborizó.

—No… No te disculpes… Me ah gustado… Pero —suspiró, ruborizándose aún más— No sé… Nunca eh dado un beso en mi vida… Uhm…


Sonreí. Le había robado su primer beso. Era toda una inexperta respecto a ese tema. Acaricié su ruborizada mejilla.


—Solo relájate, ¿si?


Asintió, sin mirarme. Alcé su mentón con mi mano, para así poder verla a los ojos. Sus hermosos ojos del color del whisky. Me volví a acercar; nuestras narices chocaron, nuestros alientos volvieron a mezclarse, y nuestros ojos se conectaron. Me demoré unos segundos en darme cuenta de que ______ estaba aguantando la respiración. Acaricié su cabello suavemente antes de sonreír.


—Relájate, _______ .


Demoró en que me hiciera caso. Reí bajito antes de volver a unir nuestros labios. No hizo nada, por lo que yo abrí sus labios con la punta de mi lengua para explorar su interior. Sabía a algo que jamás había probado. Era dulce y amargo a la vez. Una combinación perfecta. Cerró sus ojos, dejándose llevar por las emociones, al igual que yo.


No estaba acostumbrado a ser tan suave con las chicas en lo que respecta a un beso. Siempre buscaba algo brusco y fuerte, pero con _____ era diferente. No podía evitarlo. Debía ser suave con ella. Era extraño en mi actuar así. Algún día mis padres sabrían lo que yo hacía; matar y vender droga. Quizás no me dejarán más ver a mi hermanita por temor a que yo le hiciera daño… Primero muerto. No quería pensar en eso en este momento, por lo que borré aquellos pensamientos de mi mente.


Tomé las manos de ______ para dejarlas sobre mis hombros y hacer que de alguna manera me abrazara, pero ella no cooperaba. Me aparté unos milímetros.


—Abrázame, _______ . No te haré daño —aseguré, antes de volver a besarla.


Su respiración era irregular, por lo que a veces se separaba de mis labios para tomar aire. Jugué con su lengua un par de veces antes de apretarla más a mi, cuerpo con cuerpo. Ella se estremeció y me abrazó con debilidad, pero al menos me había abrazado. Comencé a regar besos desde las comisuras de sus labios hasta su cuello.


—Justin… —susurró, mientras un jadeo se escapaba de sus labios.
—¿Quieres que me detenga? —susurré contra su húmeda piel.
—N… No.


Al escuchar su respuesta, inmediatamente le quité con suavidad la blusa con suavidad, dejándola solo con el sostén que mi madre le había regalado cuando llegamos aquí. Ella intentó cubrirse, separándose de mi ruborizada. Me aparté mientras corría su cabello de su frente.


—Oye… No tienes que hacer esto si no quieres —le dije.


Ella me miró, mientras suspiraba.


—No quiero que veas esto… —susurró ella.
—¿Qué cosa?
—Las marcas… Del paso del tiempo… —bajó la cabeza, sin apartar sus brazos de su pecho y estómago, intentando cubrir aquellas partes lo más que podía.
—Déjame ver, _____ .


Negó con la cabeza. Me tiré con suavidad sobre ella, dejándola bajo mi cuerpo. Le quité los brazos, agarrándola con firmeza por las muñecas con una mano y elevándolos sobre su cabeza. Ella chilló en protesta, pero no intentó volver a cubrirse. Me alcé para ponerme de rodillas; cada una al lado de su pequeña cintura y miré su cuerpo. Tragué saliva.


Las cicatrices llenaban casi cada lugar de su piel. Algunas de tonos oscuros y otras de unos tonos más claros. Tenía moretones que recién comenzaban a desaparecer, y una que otra herida casi curada por completo. Había una larga cicatriz cubriendo su vientre, de extremo a extremo. No era muy gruesa, pero era notoria por lo blanca que era. Toqué con suavidad con la yema de mis dedos, mientras la miraba a los ojos. Ella los tenía cerrados.


—¿Qué te sucedió?
—Ese día… Llegué con un golpe en el brazo. Era un moretón muy grande y muy oscuro. Papá se enfureció. Era verano y yo solo llevaba una camiseta. Me aventó un plato grande y uno de los pedazos me provocó la herida. Demoró al menos dos o tres semanas en curarse casi hasta desaparecer… Tengo otra en la espalda de esa vez, cuando caí sobre otro… Es pequeña… Justin … —gimió asustada— No me toques allí…


Dejé de tocarla. Besé su frente, sus mejillas, sus párpados, sus labios, su barbilla y cuello. Quería que se sintiera segura conmigo. Me quité la camisa y la arrojé a un lado, antes de abrazarla con fuerza.


—Te haré olvidar… Si me lo permites.
—Justin… Tengo miedo.


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Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGaaba)




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Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 16 (Maratón 3/6)

Justin me dijo que me llevaría con él a la escuela, pero antes de que yo me alejara de él, él me había agarrado del codo obligándome a quedarme. Luego dijo algo que me había dejado helada.

—Yo te protegeré en la escuela. No permitiré que nadie se te acerque o te haga daño. Te lo prometo.

La respiración se había ido de mis pulmones y solo pude quedarme allí, mirándole como una estúpida. Él me sonrió y me dejó libre para irse a su habitación. Luego de eso no lo vi más.

Estaba tendida sobre la cama boca arriba observando el blanco techo, pensando en lo sucedido esta mañana. Aimé empujándome. Yo en el hospital. Justin diciendo que me cuidaría. Mi padre… ¿Qué estará pasando por su cabeza? Me acurruqué entre los muchos cojines cuadrados y cubrí mis pies con la piezera de piel y polar. Suspiré y desvié la mirada hacía la ventana que a estas alturas de la tarde estaba empañada por la humedad y el frío. Golpearon la puerta antes de que ésta se abriera y Justin entrara, algo cauteloso, a la habitación. Me di la vuelta sin levantarme, pero cuando vi que abrió la boca y no dijo nada, me senté mientras ordenaba algo de mi enmarañado cabello. Vi su esfuerzo por hablar, así que lo ayudé.

—¿Qué sucede, Justin?

|PDV de Justin|

¡Diablos! ¿Porqué me tomaba trabajo hablar con ella? Suspiré frustrado mientras me acercaba a ella lo suficiente como para sentarme a su lado en la cama. Fue entonces cuando hablé.

—Yo solo te quería preguntar las cosas que te hacía tu padre.

Ella solo se dignó a mirarme unos segundos antes de desviar la mirada hacía otro lugar, con la cabeza gacha.

—Yo… —calló.

Le tomé las manos, intentando consolarla.

—Sólo quiero saber… No tienes que responderme si no quieres, ¿vale?
—Vale. Pero quiero que sepas… Yo… uhm… nunca le había dicho nada a nadie, ¿sabes? Solo… debes tenerme paciencia…

Esta vez fui yo quien la callé.

—Tengo tiempo —sonreí.
—Bueno… Te contaré lo peor que me ha hecho… Era verano y hacía mucho calor. Mi papá estaba tomando cerveza fría, y yo lo único que quería era algo para refrescarme, ya que tenía la boca seca. Entonces fui y le pedí un poco… Se enojó… mucho y en vez de darme un traguito, me golpeó con una de las sillas que tenía allí con él. Me rompió por segunda vez el brazo allí. Casi me mata. Cuando desperté, estaba sobre un suelo completamente húmedo por mi sangre, ya que me había echo muchas heridas algo graves. Él se había ido a trabajar. Yo sola me curé las heridas y cuidé mucho de mi brazo. Para ello debí faltar una semana a clases para evitar que Aimé me dañara en alguna otra parte —se detuvo y la vi sollozar.

Ella estaba sola en el mundo. No tenía a nadie allí para ella, y el hijo de put* de su padre no le proporcionaba ni un trago de agua fría. Las lágrimas caían de sus hermosos ojos, y eso hizo que algo muy profundo en mi interior se rompiera. Logré sentir su temor, el miedo en ellos cuando miraba a alguna persona.

La estreché firmemente en mis brazos y noté como se tensó por un momento para que luego se relajara en ellos. Escondió su rostro en mi cuello, mientras intentaba controlarse.

—No me gusta que me vean llorar —farfulló.
—Shh… Es mejor mostrar tus sentimientos en vez de guardártelos y hacer que ellos te hagan daño —intenté calmarla. No lo logré.

Estuve así unos minutos con ella, consolándola, hasta que sus sollozos se fueron controlando hasta detenerse, pero no se apartó, si no que se mantuvo apoyada en mis brazos hasta que noté que se había quedado dormida. Acaricié su suave cabello antes de acostarla junto a mi en la cama.

Habían pasado al menos cinco minutos hasta que mi madre entró en la habitación. Señalé con una mueca a ______ para que evitara hacer ruido. Ella asintió y me pidió con un gesto que saliera de la habitación. La seguí hasta el pasillo.

—Pensaba en invitar a ustedes dos para que nos acompañaran hasta la casa de tu tía Dorothea, aun que veo que eso no será posible, ¿no?

Negué: —No mamá. Me contó una de las veces que su padre le ha golpeado y lloró hasta dormirse.

Mi madre me miró preocupada y asintió.

—Pobre chica… No puedo creer todo lo que a sufrido desde que su madre murió. Que bueno que la encontraste, ¿sabes? —me sonrió y me besó cariñosamente la frente— Iré con tu padre y Jazmin , ¿bien? Cuida a _____ … Y nada de cosas, ¿eh? —me guiñó un ojo juguetonamente y salió hasta el vestíbulo donde mi padre y mi hermanita la esperaban. Mamá les dio la noticia y luego de que se despidieran de mi se fueron.

Suspiré y volví a entrar a la habitación para ver a ________ sentada, con las mejillas ruborizadas. Le sonreí y fui con ella para sentarme a su lado.

—Creo… que me dejé lleva… Uhm… lo siento… —dijo, sin mirarme.
—¿Qué? ¿Te disculpas por llorar para desahogarte? No, ni lo pienses.

Ella levantó la vista por un momento y asintió, mientras se corría el cabello detrás de las orejas. El silencio llenó el vacío de la habitación, fue entonces cuando miré sus labios que estaban entreabiertos. Rosados, suaves a la vista y para nada de secos.

Fue un impulso, o quizás no. Le alcé el mentón con una mano y me acerqué a ella para besarla.


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Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGaaba)




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Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 15 (Maratón 2/6)

Justin me tomó la mano, antes de correr unos cabellos de mi rostro. Asentí con la cabeza, sin lograr sentir nada por las anestesias.

Luego de unos minutos de silencio, él preguntó: —¿Aimé siempre te hace cosas así?

Volví a asentir. Él juró por lo bajo.

—¿No te defiendes? —gruñó.
—S-si lo hago… Me golpea m-mas fuerte…

Volvió a jurar.

—¿No tienes a nadie que te ayude?
—Todos me m-molestan por culpa de Aimé… Y-yo ya estoy acostumbrada…

El silencio cayó luego entre nosotros. Jamás le había dicho a alguien lo que me hacían en la escuela, y se sentía raro hacerlo por primera vez. Agaché la cabeza, intentando ocultar mis sentimientos. Esperé a que él se fuera de allí y me molestara igual que los demás, pero no lo hizo. Se quedó allí, con mi mano entre la suya y con el pulgar acariciándome el dorso de ésta.

—Yo te cuidaré, ________.

Levanté la mirada, extrañada por lo que acababa de escuchar.

—¿Qué? —pregunté.
—Que yo te cuidaré. Nadie volverá a tocarte otra vez.
—No. No, no, no. Sería suicidio social.

Él se encogió de hombros despreocupadamente mientras sonreía.

—Yo quiero hacerlo. Deja que alguien se preocupe por ti, _______.

Asentí, algo asustada.
—M-me… ¿Me prometes que lo harás sin importar lo que suceda?

Él asintió.

—Es una promesa.

(…)

Eran las cuatro de la tarde y yo aún seguía en el hospital en la cama. El doctor llegó cuando las enfermeras me estaban entregando el almuerzo y pidió hablar en privado conmigo. Cuando las enfermeras se fueron el me dijo:

—Tienes al menos diez kilos menos de tu masa corporal ideal, _____. Debes alimentarte más.

Luego de eso, los padres de Justin junto con él y Jazmin entraron y Pattie me preguntó por mi peso. Claro estaba que el doctor se los había dicho en cuanto salió. No aguanté más. No quería seguir mintiendo y nada de eso, por lo que les conté lo de mi padre, omitiendo las veces que me golpeaba o me arrojaba contra algo.

—Mi padre desde que mi madre falleció que bebe. Se ha vuelto un alcohólico. Él me golpeaba cuando yo hacía algo mal y nunca me dejaba comer hasta hoy.

Pattie quedó estupefacta al igual que su marido. Justin me abrazó con fuerza, rogando contra mi oído que me fuera a vivir con ellos. Su madre también insistió en ello, además de sugerir ponerle una denuncia a mi padre por violencia intrafamiliar. Yo le pedí que no lo hiciera, que ya no me golpeaba –de todas formas tuve que mentir- para poder proteger a la única familia de sangre que me quedaba, ya que comenzaba a considerar que la familia de Justin era también la mía.

Pattie al final aceptó no poner ninguna denuncia en nombre de mi padre, pero me pidió que me fuera a vivir con ellos. Que me darían techo, comida, me comprarían ropa y cosas y la habitación de invitados sería mía.

No podía estar más agradecida de que el mundo me diera otra oportunidad al encontrarme con esa familia.

Me dieron el alta después. Ni Justin ni yo asistimos a alguna clase el día de hoy, pero no importaba. Íbamos Justin y yo en su auto, ya que él me había traído, y los demás se irían en el auto de la familia. Sentía la mirada de Justin en cuanto el auto se detenía por algún semáforo o alguna señal de ALTO, pero en ningún momento habló. Para cuando llegamos a su casa, yo veía desde allí mi pequeña casita. La luz estaba encendida, lo que quería decir que quizás papá estaba en casa y debería de estar muy enojado conmigo por no hacer nada en su ausencia, pero no debía preocuparme por que por ahora no iría allí.

Pattie me pasó algo de ropa para los siguientes días y una mochila negra que tenía guardada para los libros y esas cosas. Lo bueno era que tenía todo los materiales en la escuela y nada en mi casa, lo que me dejó suspirar de alivio.

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Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGaaba)




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Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 14 (Maratón 1/6)

Desperté más temprano que lo habitual. A veces llegaba tarde a la escuela por no saber la hora, pero siempre me despertaba antes de que el sol saliera. Yo logré crear mi propio reloj con las colinas y el sol. Un día cuando yo ya estaba en la escuela y tocaron para entrar a clases, miré hacia las mismas colinas que veía desde mi ventana y logré apreciar que el sol estaba cuatro dedos arriba de la colina más alta.

La imagen no se me borró nunca de la mente.

Me senté en la cama y miré hacía afuera. El sol aún no aparecía, pero no me importaba. Me levanté y estiré, mientras se me escapaba un bostezo. Intenté despejar el sueño de mi mente restregándome los ojos, algo que hacía todos los días. Con la misma ropa que ayer me puse en la casa de Justin, busqué los libros que debía llevar hoy a la escuela y, como no tenía otro bolso, debía cargar con ellos ida y vuelta. Salí de la casa en silencio, por cualquier cosa y comencé mi caminata de todas las mañanas.

Los caminos de tierra estaban húmedos y mojados por la nieve que quedaba de la noche anterior. Habían posas por varios lugares y yo intentaba esquivarlos, incluso lo hacía saltando sobre ellos. Recordaba cuando era una pequeña niña y saltaba las posas luego de las tormentas. Me mojaba por completo las veces que caía sobre ellas y reía sin parar. Quise sonreír por aquellos recuerdos, pero no pude.

Estaba con la cabeza gacha, observando atentamente el camino que se encontraba frente a mi, que ni si quiera logré darme cuenta de lo mucho que ya había caminado. A unas dos o tres cuadras se encontraba la EW. Habían pocos chicos entrando a ella ya que aún faltaban al menos media hora para que empezaran las clases y la mayoría de ellos llegaban quince minutos antes.

Caminé hasta la entrada vacía hasta adentrarme profundamente por los pasillos de mi infierno diario. Habían pocos alumnos por ellos, ya que la mayoría estaría por las grandes áreas verdes que tenía la escuela. Fui a mi casillero para guardar allí los pesados libros. Mientras me disponía a poner la clave de mi casillero, sentí como unas finas manos mi lanzaban hacía atrás, provocando así que yo soltara todos mis libros y estos cayeran al suelo… Al igual que yo. Respiré profundamente, sintiendo el dolor en mi nuca por el brutal golpe que me di contra el piso. Abrí los ojos y vi como Aimé y sus amigas reían a mi lado. Gemí cuando intenté levantarme.

Pasé las puntas de mis temblorosos dedos por mi nuca lentamente y sentí un agudo dolor allí. Volví a ver mis dedos y vi las yemas de mis dedos rojas. Estaba sangrando. Suspiré.

—¡Hey! ¡_______! —escuché la voz de Justin por el pasillo. Sentía sus pasos, estaba corriendo hacía mi. Lo sentí acuclillarse a mi lado, mientras tocaba mi frente y mis mejillas.

Las risas cesaron.

—¡Hey! ¿Qué haces con la rarita? —preguntó una de las amigas de Aimé.

—¿¡Pero que creen que están haciendo!? —preguntó Justin de una forma furiosa, sin apartarse de mi lado.

—Lo que ves, cariño —respondió Aimé, con aire seductor.

Justin juró por lo bajo al ver como un charco de sangre comenzaba a formarse bajo mi cabeza. Yo en ese momento tenía los ojos cerrados ya que la luz me molestaba. Justin paso su brazo por mis hombros y cuello, al igual que con el otro por detrás de mis rodillas. Me cargó con suavidad, evitando movimientos bruscos. Pasó al lado de Aimé casi empujándola y me llevó a paso rápido a la enfermería de la escuela. Luego todo fue negro.

(…)

Desperté sobre una camilla en una habitación desconocida. Había una enfermera anotando algo en una pequeña agenda cuando miró mis ojos y sonrió.

—Hasta que al fin despiertas, linda —me dijo mientras me cubría hasta la mitas del pecho con las mantas y acomodaba mi almohada— ¿Cómo te sientes?

—Algo… Mareada… Confundida… —sacudí mi cabeza con lentitud— ¿Dónde estoy?

Ella me miró y siguió anotando.

—Estás en el hospital. Te diste un golpe muy fuerte en la cabeza y te debimos poner puntos. Ahora tienes una anestesia loca que quizás de aquí a una media hora se te quite y puede que sientas algo de dolor. También te pusieron una venda alrededor de la frente —se detuvo un momento para verificar unas máquinas a mi lado— Hay un chico afuera que pregunta a cada minuto por ti. ¿Quieres que le deje pasar?

Asentí, sabiendo que se trataba de Justin. ¿Quién si no él se preocuparía por mi? ¿Mi padre?

La enfermera desapareció y a los segundos apareció Justin por la puerta. Suspiró al verme despierta. Se acercó a mi lado y se sentó a los pies de la cama.

—¿Estás bien?

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Hola chicas, se que estuve ausente y la verdad fue porque venia muerta de la escuela llegaba, dormía y cuando me despertaba solo me daba tiempo para hacer la tarea y comer, pero bueno regrese ahora si, subiere y por mi ausencia este es un maratón de 6 capítulos seguidos \(*-*)/ espero y aman tanto la novela como yo, las amo, gracias por leerla<3

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.



Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGaaba)




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lunes, 18 de agosto de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 13

Descubrí que la casa de Justin no estaba muy lejos de la mía. La tormenta ya comenzaba a detenerse, por lo que pocos copos caían sobre mi cabello. Mientras caminaba, pensaba en lo que haría mi padre al descubrir que no había muerto como él quería… ¿Terminaría él mismo el trabajo? Temblé de solo pensarlo.

Con unos pasos más, llegué a mi pequeña casa deteniéndome en la entrada. Cerré los ojos para intentar calmar mi temor. Al levantar mi mano derecha en forma de puño para golpear, la puerta de madera se abrió de una forma brusca y logré ver a mi padre, con los ojos hinchados. Lograba apreciar el echo de que él no había dormido nada esta noche, gracias a las leves bolsas moradas bajo sus rojizos ojos. Él me miró expectante. Temblaba. Abrió la boca para decir algo, pero en vez de mencionar alguna palabra la cerró y tragó saliva fuertemente.

—Yo… Pensé…

Negué con la cabeza, mientras bajaba la mirada.

—Pensaste que había muerto… —terminé por él.

Él asintió con la mirada y se hizo a un lado para dejarme entrar al interior de la casa. Caminé frente a él y fui a mi cuarto para encerrarme allí hasta la noche.

(…)

No sé que hora era. No tenía ni reloj, ni celular, ni ningún aparato que me lo dijera. Estaba oscureciendo ya y por mi ventana lograba ver las luces del hogar de Justin a lo lejos pasando por varios árboles y pequeñas colinas de tierra y césped. Recordé el cariño que recibí de parte de él y sus padres. Hace tiempo que no lograba comer sin hacer nada a cambio; ni limpiar, salir a buscar algo o tener que cocinar. Pattie cocinaba exquisitamente delicioso. También estaba la cama en la que dormí, era tan suave, olía bien y no le hacía daño a mi espalda como el colchón en el que dormía cada noche desde que mi madre murió.

Recuerdo que todas las noches ella se acercaba a mi cama y se acostaba conmigo. Yo me acurrucaba junto a ella para lograr sentir su calor y compañía. Algunas veces me cantaba canciones y cuando me las sabía, cantaba con ella. Otras me leía cuentos y libros hasta que el sueño me vencía. Pero lo mejor de todo, es cuando me llevaba algún peluche nuevo y dormíamos las dos abrazadas a él. En las tormentas, de esas donde aparecían los truenos y relámpagos, yo me iba a su cama a media noche diciendo que no lograba dormir y que me daban miedo los sonidos de la lluvia. Mi mamá y mi papá abrían las cobijas y yo me metía en el medio de ellos dos, luego mi madre me apretaba contra ella y se quedaba dormida.

Aquellos recuerdos lograban atormentar mi mente casi cada día desde que ella se fue. No lo e logrado superar, si no es obvio. Me senté en mi cama mientras observaba mi silenciosa habitación, en busca de algo para divertirme hasta que la noche caiga y deba dormir para mañana ir a la escuela.

Busqué en una pila de libros que tenía en una esquina. Aquellos libros eran de mi madre, eran los que me solía leer por las noches.

Comencé a leer los títulos de cada uno. Algunas eran largos y gordos, pero otros pequeños y delgados. Estaba allí ‘’Romeo y Julieta’’, la obra de William Shakespeare. Me quedé mirando la portada del libro, entonces lo tomé y lo dejé a un lado de los demás. Seguí viendo los otros títulos, pero me quedé con Romeo y Julieta. Me senté como indio sobre la cama, con las piernas cruzadas y comencé a leer las primeras páginas, recordando la voz de mi madre cuando me leyó este libro. Ella me había dado su opinión acerca de esta obra y yo le pregunté si podría comprar el libro y leerlo conmigo.

Un día ella llegó con él y de inmediato pedí que lo leyera.

Y iba por la página 94 cuando me di cuenta de que la tormenta se había detenido. Ya era de noche y el frío nocturno comenzaba a sentirse en el aire. Marqué la página con un pedazo de papel y lo escondí debajo de mi cama. Sabía que si mi padre descubría que leía los libros de mi madre, los tiraría y me golpearía luego. Me acosté con la ropa que traía puesta, la que Pattie me había regalado e intenté conseguir calor cubriendo mi cuerpo con las finas sábanas, por más que fuera imposible.

En verano no sufría tanto por el frío de las noches ya que casi ni se sentía, e incluso a veces dormía sin cubrirme, pero en invierno todo era al revés. Algunas veces despertaba sin sentir nada de mi cuerpo por lo entumido que se encontraba.

El viento soplaba y provocaba un molesto silbido cuando pasaba por la madera que conformaba la pared de mi habitación, la que daba al exterior.

Recordé el calor que sentí dentro de la casa de Justin, había sido tan acogedor que luego de irme comencé a añorar lograr algún día tener una casa igual que la de ellos, así de grande, caliente, con chimeneas y cuadros que decorarían las paredes para ese entonces. Y, pensando en mi futuro deseado, me dormí bajo el cielo nublado.

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Hola chicas!:) pues aquí esta un capitulo más de la novela, se pone cada vez más interesante..., hoy desgraciadamente regrese a la escuela, aunque se me hizo mejor que los otros años, porque, como ya voy en tercero de secundaria, pues somo los que supuestamente "mandamos" en la escuela jajaja, pero aun así estuvo bien el regreso a clases. Espero que les este gustando la novela, muchísimas gracias por leer, las amo<3 

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.



Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGaaba)




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sábado, 16 de agosto de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo 12

Mis tensos músculos solté cuando él me pidió que lo hiciera. Justin me estaba enseñando lo que era un abrazo.

Él tenía sus brazos, quietos, alrededor mío, apretándome contra su cálido cuerpo. El silencio era nuestra música de fondo, mientras que ambas anatomías estaban pegadas. Justin comenzó a acariciarme de una forma suave y reconfortante la espalda. De arriba hacia abajo. Con movimientos circulares… Mi mente se relajó, y de algún modo me sentí protegida al estar junto a él.

—Eres tan inocente… —susurró contra mi cabeza luego de unos segundos.

Puede que tuviera razón al deducir aquello. Cuando necesitaba defenderme, de igual forma salía lastimada. No conocía mucho el mundo exterior, solo entendía por aquello un mundo cruel y violento, que solo lastimaba. Jamás conocí la amistad, ya que desde niña que yo estaba sola o me dejaban de lado. Tampoco conocía el amor, ni si quiera aquella palabra se encontraba en mi diccionario mental. Poco sabía sobre él. ¿De verdad cuando una persona especial se te acerca sientes mariposas en el estómago?

Aún así, no respondí ante aquella deducción.

Justin me soltó de a poco, poniendo sus manos en mis hombros para mirarme fijamente al rostro, levantando una comisura para así hacer una tierna casi-sonrisa. Me pasó el dorso de su de su dedo índice suavemente por la mejilla, mientras que yo solo tendía a apartar avergonzada la mirada de él.

—No fue muy terrible, ¿o si? —me preguntó, entre unas pequeñas risitas.

Negué, aún avergonzada con la cabeza, mientras intentaba esconder mi rostro bajándola lo que más podía. Justin me agarró con delicadeza el mentón y me obligó a mirarlo. Suspiré.

—Ven, mamá está preparando el desayuno. Será mejor que bajemos ahora.

Se levantó de la cama y me ofreció su mano. Con una sonrisa forzada, la tomé y juntos bajamos hasta el comedor.

Pattie estaba sirviéndole cereales a Jazmin, quien estaba sentada en una silla frente a la mesa cepillando a una muñeca de trapo. Al vernos, sonrió mientras se bajaba de la silla, dando un pequeño salto para caer al suelo. Se acercó a mi y me abrazó por las piernas a causa de mi altura. Miré a Jazmin algo apenada, pero también la abracé, pegándola a mi cuerpo.

—Mira, te presentaré a Milly —me dice, antes de apartarse de mi y tomar mi mano para arrastrarme hacía la mesa que había allí en la cocina.

Miré a Justin, intentando preguntarle quién era ‘’Milly’’. Él solo rió mientras Jazmin me hacía sentarme en una de las sillas. Justin se encogió de hombros mientras se sentaba también con nosotros.

—Es la muñeca. —me dijo.

Asentí, mientras Jazmin me pasaba su muñeca marca Barbie, aun que ésta tenía el cabello castaño y no rubio.

—Me la compraron cuando cumplí seis años… —me dijo Jazmin, señalando la edad con los dedos.

Acaricié el sedoso cabello de la muñeca, por más que fuera artificial, antes de responder: —Es muy bonita —le dije, mientras se la devolvía.

Ella sonrió. Miró la muñeca en sus manos, para luego volver a mirar a _____ y desviar su mirada a su muñeca nuevamente.

—Te pareces a Milly —me dijo.

Justin le pidió la muñeca a Jazmin y ella se la dio. Él inspeccionó con ojo experto la muñeca para luego mirarme a mi, provocando así que me ruborizara. Claro, ¿Quién no lo haría estando en mi situación, viendo como un chico y su hermanita me estaban comparando con una Barbie?

—Sip, te pareces. Tiene tus mismos ojos, cafés claros —sonrió inocente, mientras continuaba explicando minuciosamente el porqué de mi similitud con la muñeca— También tiene la forma de tu rostro y el color de tu piel… Además, tiene tu mismo cabello —dijo, aún sonriendo— Es como su hubieran echo esta muñeca por ti —concluyó por fin.

—Justin, déjala tranquila, la pones nerviosa —le regañó su madre, quien me miraba con una cálida sonrisa en su rostro.

Justin se encogió de hombros mientras soltaba una ligera risita. Le devolvió la muñeca a Jazmin mientras yo intentaba hacer bajar la sangre de mis mejillas que ahora deberían de estar de un rojo puro. Miré la hora del reloj de pared que había allí. Eran las 11:33 am. Debería estar en casa para preparar el desayuno y el almuerzo a mi padre.

Lo mejor de todo, era que la tormenta había detenido un poco, ya no era muy fuerte. Podría caminar. Me levanté, mientras suspiraba.

—Yo… Creo que ya es hora de irme. Mi p-padre no sabe que estoy aquí… Debe de estar preocupado —si, claro.

Pattie me miró.

—¿No tomarás desayuno con nosotros?
—Oh, no, lo siento, Sra. Bieber… Tomaré el desayuno cuando llegue a mi casa —sonreí, pero de inmediato recordé algo que me hizo hacer desaparecer aquella sonrisa— Mi ropa está mojada… —murmuré.
—Tengo algo de ropa que ya no ocupo a montones. Te podría dar algo que te quedara si lo deseas.

Negué rápidamente con la cabeza, algo tímida.

—No podría aceptar eso.
—¡No es problema, cariño! Ven, sígueme. ¿Justin? Cuida a tu hermana y vigila los huevos para que no se quemen, ¿vale?

Lo miré, viendo como él asentía. La Sra. Bieber me tomó del brazo y me llevó por un pasillo por el primer piso de la casa. Abrió una puerta, dejándome ver una habitación llena de ropa. ¿Esto es un armario?

—Que… grande.
—Oh, si. Michael quería uno así.

Entró y abrió unos muebles, sacando unas prendas. Me tendió una blusa junto con una camisa manga larga, unos jeans algo ajustados. También unas zapatillas de lona con caña. Me había dicho que las ocupaba ella para andar más cómoda. Acepté gustosamente todo.

Luego de cambiarme, colocándome la camisa manga larga, los jeans y las zapatillas, bajé las escaleras llevando la blusa que también me había dado en la mano. Me dirigí a la cocina para ver a Jazmin, Justin, Pattie y Michael sentados comiendo.

El hambre entró en mi, pero me negué a pedir algo. Siempre que lo hacía, nada salía bien.

—Uhm… Venía a agradecerles por lo que hicieron por mi… Ya me debo ir.

Pattie se levantó y sonrió.

—¿Segura que no quieres algo antes de irte, cariño?

Si —No, gracias —le sonreí.

Asintió.

—Cuándo necesites algo cariño, ven aquí. ¿Bien?

Asentí con la cabeza. Justin se levantó, mientras que yo me acercaba a Jazmin para darle un beso en la mejilla, al igual que con el Sr. Bieber. Le agradecí a él también por todo.

Me despedí de Pattie con un abrazo y un beso en la mejilla, luego caminé junto con Justin hasta la puerta, entonces él me detuvo.

—Podría llevarte yo. Así sabré donde vives —sonrió.

El pánico llegó a mi como una flecha. Mi cara perdió color luego de unos minutos y comencé a sentirme más fría de lo normal. ¿Porqué me ponía tan nerviosa cuando se ofrecía a llevarme a mi casa? Negué rápidamente con la cabeza antes de hacer una estupidez.

—No, no hace falta. Me voy caminando… La tormenta ya se está deteniendo, así que podré ver los caminos. —le dije rápidamente.

Me acerqué a él, teniendo en mente en darle un beso en la mejilla. No pude.
Me aparté de él, sonrojada.

—Gracias por todo, Justin. —y antes de que dijera nada, me eché a correr todo lo que mis pies me permitían, alejándome cada vez de la familia que me entregó cobijo, comida y amor desde mucho sin nada a cambio.


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Hola chicas!(>.<) Perdón por no haber subido el capitulo ayer, tuve que ir a comprar lo ultimo de mis útiles para la escuela, porque este lunes desgraciadamente entro a clases de nuevo como muchos en México:c pero no se preocupen seguiré subiendo la novela sin problema, porque, después de la escuela no tengo nada que hacer, no voy a ninguna otra clase o cosas extracurriculares, gracias a dios!xD Espero les este gustando la novela, muchísimas gracias por leer, las amo<3

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.


Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGabaa)




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miércoles, 13 de agosto de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 11 | Sin PDV

Justin la miró, el enojo reflejado en sus ojos. ¿Quién lastimaría a esta pobre chica? Bufó molesto, aunque cuando ella le había mencionado eso de ‘’Espera hasta mañana en la escuela para golpearme si quieres’’ cuando la vio camino a casa por uno de los caminos de tierra. Él había mirado su moretón y había entendido todo, pero necesitaba aclaraciones; no quería, por una extraña razón, que le hicieran daño a ______.

Sabía lo que se sentía, ya que él mismo había pasado por aquello.

Tenía doce años cuando sus compañeros y las personas que se hacían pasar por ‘’amigos’’ comenzaron a molestarle, golpeándolo, encerrándolo en los baños e insultándolo. Jamás logró saber el porqué de aquella situación. Uno de aquellos chicos que disfrutaba golpeándolo era Aaron Wells, y, luego de 6 años, volvió a encontrarlo, disfrutando nuevamente molestar a otras personas.

Su madre al enterarse, lo había cambiado de escuela y puesto una demanda al director por la falta de atención hacía los más jóvenes. Justin pensó en que nunca más volvería a encontrarse a Aaron por allí. Pero aquí estaba, yendo a la misma escuela que él. Él sabía que no lo reconocería, ya que a esa edad su cabello era de un castaño levemente oscuro, pero con el pasar de los años se le fue tornando cada vez más claro hasta quedar dorado. Además, su forma de rostro ya no era la misma, ni menos su complexión. Cuando tenía doce años, su rostro era ovalado y era, por así decirlo, ‘’rellenito’’; una de las muchas razones por el cuál lo molestaban. Fue un cambio realmente notorio y llegó de golpe cuando entró en la pubertad a los catorce años, donde ya estaba yendo a la Sherwood Forest School. Allí sucedieron cambios en su cuerpo y su mente, lo que lo hizo cambiar la forma de ver la vida.

A mediados de año, Justin se unió a la banda actual. Para ese entonces, allí solo estaban Michael, Jared y Kyle. Allí consumía drogas y bebía hasta no poder ponerse de pie todos los fines de semana. Luego de un año, llegaron Jason y Marcus. Supieron por ellos que estaban siendo perseguidos, por lo que Michael nos compró una arma a cada uno y así les enseñó como utilizarla. A la semana mató por primera vez.

Los recuerdos invadían de una forma perturbante la mente de Justin, quien aún, con la mirada fija en ______, seguía sentado a su lado en la cama.

_____ no dejó de mirarlo con el ceño fruncido. Se le veía realmente hundido en sus pensamientos que decidió mejor no decir nada al respecto.

|PDV de Claire|

Sus ojos mieles estaban perdidos mirando hacía atrás mío, pero al momento de darme vuelta noté que no había nada interesante allí aparte de la pared.

Estaba pensando en algo… ¿Qué? No lo sé, pero de inmediato comencé a sacar conclusiones. ‘’Quizás esté pensando lo divertido que sería golpearme, o quizás en las muchas maneras de hacerlo para que a mi me duela’’ Me encogí en mi lugar, mientras que disimuladamente intentaba echarme hacía atrás, alejándome del cuerpo de Justin.

Él me miró de repente. Sus ojos clavados en los míos. Se acercó peligrosamente a mi, haciendo que mi cuerpo se fuera hacía atrás para que mi espalda tocara la suave almohadas de plumas, impidiéndome seguir retrocediendo. Él continuó acercándole, para luego sentarse más cerca de mi y abrazarme.

¿Abrazarme? Me estrechó contra sus brazos, juntando ambos pechos y torsos. Quise apartarme, poniendo ambas manos sobre sus fornidos hombros y empujándolo fuera de mi cuerpo. Justin solo me apretó más contra su cuerpo, quitándome el aliento.

—¿Justin? ¿Q-qué haces? —pregunté con miedo.

Jamás había recibido un abrazo, no desde que mi madre murió como se puede notar. Quizás me haría daño. Me podría golpear. Cada pensamiento negativo posible llegaba a mi mente como una bomba, poniéndome realmente nerviosa y tensa.

—Sólo relájate, _______.

Volvió a decirme aquel apodo. Intenté hacer lo que él me pidió: relajarme en sus brazos. Cerré los ojos por un momento e intenté hacer que mi cuerpo dejara de estar tenso.

Lo logré.


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Hola chicas!:3 Subi este episodio más tarde porque se estaba cayendo el cielo por la puta lluvia y se había ido la señal del wi-fi D:< pero gracias a dios regreso y pues aquí esta el episodio 11!:D Espero y les este gustando la novela, tanto como a mi, las amo y gracias por leerla.<3

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.


Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGabaa)




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lunes, 11 de agosto de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tu

Sálvame | Capítulo 1O | PDV de _____.

Unos golpes en la puerta de mi habitación me sacaron de mi sueño. Abrí los ojos mientras suspiraba de una forma cansada. Estaba enredada entre las sábanas de un grueso algodón y varias colchas. Jamás había dormido tan bien en mi vida. Vi como la puerta se abría y del umbral de esta aparecía Jazmin. Tenía el cabello suelo, no como ayer que lo traía amarrado en una cola de caballo. Su cabello era de un castaño cobrizo rubio y sus ojos de miel. Tenía puesta sobre los hombros una bata de color rosa, con la imagen de ‘’Hello Kitty’’ a un lado. Caminó hacía mi de una forma lenta, como si pensara que la echaría hacía afuera. Miré la hora del reloj que estaba en una pequeña cómoda a un lado de la cama: 8:11 am.

Era temprano, pero con el cielo nublado y aún nevando ya de una forma mas lenta, parecía como si aún estuviera de noche. Me senté en la cama mientras sentía como Jazmin se subía al lado desocupado de la cama matrimonial y bostezaba.

—¿Qué sucede, Jazmin?
—Es que… Tuve una pesadilla y quise ir con mi hermano, pero no despierta, como siempre… —hizo una pausa, su voz cansada y apagada—…y luego fui donde mis papás, pero estaban dormidos muy cómodamente y siempre los despierto a esta hora, no quise molestarlos —la pequeña parecía apenada y avergonzada por el echo de que me haya despertado solo a mi, aun que no me importaba demasiado.

Abrió su pequeña boca para continuar, pero yo la interrumpí.

—¿Quieres dormir conmigo hasta que amanezca por completo? —le pregunté.

Asintió, mientras un leve rubor se posaba sobre sus mejillas. Sonreí, era tan inocente. Abrí las colchas y ella se metió dentro de la cama a mi lado. La cubrí como mi madre solía hacerlo conmigo para luego acurrucarme yo. Ella acercó su pequeño cuerpo para abrazarme, de inmediato me tensé un poco. ¿Me golpearía? Me reí yo misma por esa pregunta tan tonta. Era muy pequeña y solo necesitaba compañía.

La abracé también y acomodé mi cabeza en la almohada de plumas para luego cerrar los ojos y dormirme, al igual que Jazmin.


|Sin PDV|


—Justin… Despierta cariño.

Justin se despertó por los llamados de su madre. Abrió con pereza los ojos para encontrarla a ella con una sonrisa en su rostro. Se sentó en la cama mientras se pasaba las manos por el rostro para intentar saciar el sueño. Se despeinó el pelo y miró a su madre.

—¿Qué sucede, mamá?
—Ven conmigo, cariño. Quiero que veas algo —sonrió. Se levantó y caminó.

Justin suspiró, se levantó y caminó atrás de su madre.

Solo dormía con unos pantalones de franela y nada para arriba. Él chico de cabellos dorados acostumbraba a pasearse así por la mañana antes de ducharse y vestirse. Su madre lo esperó frente a la puerta en donde _______ se quedaría por esa noche. Extrañado, Justin caminó hacía ella.

La puerta estaba abierta, lo que dejaba a la vista la habitación por completo. Entraron los dos y Justin logró ver a _______ abrazada de una forma realmente cariñosa con Jazmin, quien también lo hacía con ella. Ambas durmiendo profundamente.

—De seguro que Jazmin tuvo una pesadilla y vino con _______. ¿No es tierno? —dijo con una leve y silenciosa risa su madre.

Justin se quedó en silencio observando aquella tierna escena, lo que le produjo una sonrisa. Su hermana y ______ abrazadas durmiendo. Miró la hora de la mesita al lado de la cama matrimonial: 10:49 am.

—Creo que deberíamos despertarlas, ¿no? —preguntó.
—Si, iba a despertar a ______ y me encontré a Jazmin aquí.

Miró como su madre se acercaba al lado de Jazmin y se sentaba allí. Le acarició el hombro y comenzó a susurrar su nombre hasta que la pequeña de su hermana despertó con pereza. Miró a su madre y se separó de los brazos de ______ , provocando así que ésta se despertara. Ella se sentó en la cama mientras miraba como la madre de Justin cargaba a Jazmin y salía de la habitación, sin antes decir un ‘’Buenos días’’ dirigido a _________.

Justin se acercó a ______ y se sentó donde antes había estado acostada su hermana.

—¿Cómo amaneciste? —le preguntó.
—Bien, supongo… —murmuró la castaña.

Ella lo miró y se encogió de hombros, para luego desviar algo avergonzada su mirada.

—No importa que yo haya dormido con… Jazmin, ¿cierto? —preguntó a Justin.

Él la miró extrañado y confundido. Sacudió la cabeza mientras sonreía.

—No, claro que no, _______ . ¿Porqué me preguntas eso?
—Uhm… Yo… Curiosidad —mintió la chica. La verdad es que ______ le había preguntado aquello para saber si –quizás- él la golpearía por haber dormido con su hermana y Justin logró ver nuevamente su miedo a través de sus ojos, por más extraño que sonara. Necesitaba aclarar sus dudad.

—¿Te puedo preguntar algo, ______?
—Uhm… Si, claro.
—¿Porqué Aaron, ayer en el almuerzo, te tocó así? —preguntó.

Detrás de todo, Justin sentía un enojo profundo al verla ese día tan indefensa, mientras intentaba alejarse de aquel imbécil de Aaron. Cuando le apretó el moretón de su mejilla, Justin había logrado ver como ______ ponía una mueca de dolor, por lo que él no había sido nada cuidadoso con ella como para deducir que si eran algo. Esperó, expectante, la respuesta de la chica.

—Y-yo… Uhm… Él… —cayó. Bajó la cabeza para así evitar mirarle a la cara.

Justin la miró, sin saber que decir o hacer. Necesitaba respuestas, y por alguna razón sentía una extraña necesidad de cuidar a esta chica que, por casualidad, llegó a su casa cuando más lo necesitaba. Agarró con delicadeza el mentón de la chica para así obligarla a mirarle. Sonrió cálidamente mientras negaba con la cabeza.

—No importa, ________. Déjame preguntarte algo más fácil, ¿alguien más te hace eso en la escuela?

Lo miró por unos leves segundos antes de volver a desviar la mirada y bajar con sus manos la mano de Justin. Algo apenada, asintió débilmente

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Hola chicas!(: Lo sé, lo sé, lo sé, deben de estar diciendo: esta hija de su madre ya no sube capítulos, maldita nos dejo picadas con la novela y la verdad lo siento mucho, pero estoy en época de vacaciones, eh salido porque para eso son las vacaciones para salir y divertirse, pero ya regrese, ya subiré capítulos todos los lunes, miércoles y viernes ahora si, sin pretextos, seré cumplida. Espero y amen la novela tanto como yo, las amo, gracias por leer <3

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.



Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGabaa)





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viernes, 25 de julio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo 9 | PDV de Justin.

Michael manejó por varias calles que para ese entonces estaban vacías. Eran las 2:48 am., nadie estaría fuera a esta hora, ni menos con la ventisca que cada vez iba desapareciendo.

Iba en el lado del copiloto, mientras que Jared en el asiento de atrás justamente al medio de este y Jason al lado derecho del asiento, mirando hacía afuera, viendo por el parabrisas que de a poco se cubría con pequeños copos de nieve, por lo que Michael debía activar el limpiaparabrisas.

Solo nos demoraríamos en llegar a nuestro destino al menos cinco minutos más.

—¿Cuándo se supone que nos debía Charles? —preguntó Jared luego de unos minutos en silencio total, solo escuchando al motor ronronear.

—Dos mil dólares. Si para cuando lleguemos donde nos encontraríamos y no los tiene, lo matamos —respondió Michael.

Charles estaba metido en un gran problema. Su segundo nombre era Alan y todos lo conocían por ese, ya que nunca reveló su primer nombre que era Charles. Luego de una investigación profunda hacía él antes de entregarle la droga, descubrimos que en realidad de llamaba Charles, y para no levantar sospechas lo llamamos así cuando estamos todos reunidos. Nos había comprado diez kilos de droga para enviarla a través de un camión al extranjero. Cuando fuimos a buscar los dos mil dólares que nos debía por ello, nos dijo que no los tenía y que supuestamente hoy los conseguiría. Charles era un pequeño mal nacido bueno para nada. Varias veces otras pandillas como la nuestra (solo que de dos o tres integrantes) nos habían dicho que habían echo tratos con él, pero no les había entregado el dinero y se había ocultado. Si no tenía los dos mil dólares esta noche, su jodida vida terminaría en un cerrar y abrir de ojos.

Nuevamente pensé en la desconfianza que veía en los ojos de _______. Sacudí de forma brusca mi cabeza para quitarme el miedo de aquella chica de mi mente.

—Hey, man, ¿qué te sucede? —preguntó Jared.

Desvié mi mirada hacía él y suspiré, mientras me encogía de hombros.

—Nada.



(…)

Al llegar, Michael apagó el motor y salimos los cuatro juntos del Camaro. Entre la fría neblina, logramos apreciar una sombra acercarse a nosotros. Cabeza agachada y espalda encorvada hacía abajo. Llevaba las manos en los bolsillos mientras caminaba a grandes zancadas hacía aquí.

Michael nos miró e hizo una seña con la cabeza, lo que Jared, Jason y yo entendimos muy bien. Metí la mano bajo la chaqueta y agarré mi pistola, listo para cualquier cosa al igual que Jason y Jared, quien la tenía dentro del bolsillo de su chaqueta de cuero.

Alan o Charles se acercó a nosotros, y en cuanto notó nuestra presencia sobre las sombras, alzó la cabeza y suspiró. Se plantó frente a Michael, quien era una cabeza más alto que él y lo miró.

—Lo siento chicos, no logré conseguir el dinero. Será para la próxima —dijo con una cínica sonrisa en su rostro.

Michael negó con la cabeza, su expresión dura y fría.

—El problema aquí, Charles —hizo una pausa— es que no habrá una ‘’otra vez’’ —dijo haciendo las comillas con dos dedos de cada mano en el aire —¿Justin?

Lo miré con una expresión seria. Dura. Fría y calculadora. Saqué la pistola y apunté hacía él, mientras me acercaba lo necesario para posicionarla sobre si cabeza.

—Si intentas escapar, te daré donde más te duele.

Noté como su nerviosismo comenzaba a aumentar, provocando que pequeñas gotas de sudor aparecieran sobre su frente. Tragó duro y asintió.

—Ve al callejón de tu derecha. Iré atrás de ti, bastardo.

Dudando, comenzó a caminar hacía donde le indiqué. Miré a Jared, Jason y a Michael y asintieron al unísono, dando a entender que me daban su consentimiento para que yo matara al imbécil de Charles.

Supongo que Charles aprovechó mi pequeña distracción, porque comenzó a correr calle abajo. Maldije por lo bajo mientras comenzaba a correr tras él. Apunté con la pistola a su espalda y disparé.

Una. Dos. Tres.

Cayó su cuerpo ya sin vida al suelo. Me detuve mientras recobraba el aliento.

—Llamen a Kyle y Marcus. Pregunten si ya entregaron el pedido. Si es así, díganles que traigan la camioneta, por que ni loco ensucio mi Camaro con la sangre de este imbécil.

Jason de inmediato, luego de escucharme, sacó su móvil del bolsillo de sus jeans y marcó. Luego de terminar la llamada, me dijo: —Dijeron que veían hacía acá. Llegaran en menos de dos minutos.



(…)

Entre los seis, cargamos el cuerpo de Charles y, luego de meterlo a una bolsa larga y negra de plástico, lo metimos a la maleta de la camioneta roja. En ella se subieron Michael, Kyle y Marcus. Jared, Jason y yo nos iríamos en mi Camaro, no sin antes limpiar la sangre esparcida por la acera lo más posible.

Manejamos por pastizales hasta alejarnos de la ciudad.

Enterramos el cuerpo de Charles lo más profundo que podíamos para luego desaparecer sin dejar rastro.

Llegamos a nuestro edificio y los demás se adentraron a este. Yo antes de bajarme, miré la hora de mi reloj: 5:32 am. Debía llegar a mi hogar antes de las 6 am. Detuve a Michael antes de que entrara.

—Debo irme ya, Michael. Despídeme de los chicos.

El asintió.

—Bien. Adiós Justin. Te llamaré cuando tengamos trabajo.

Asentí y me subí a mi coche. Lo encendí y arranqué, camino a casa.

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Hola chicas ñ-ñ De verdad perdón por no haber subido capítulo el otro miércoles, tuve algunos inconvenientes y no me alcanzo el tiempo para subir capítulo, pero ya solucione todo y no se preocupen, ya estaré al corriente con la novela. Espero y la verdad les este gustando, las amo, muchas gracias por leer <3.

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.


Escritora original: Gabriela Elgueta(@SwagGabaa)


 


No olviden que si les gusto el vlog pueden darle +1, comentarlo y compartirlo con sus amigos eso me ayudaría de mucho. Muchas gracias por leer y nos vemos hasta la próxima(-8

lunes, 21 de julio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo 8 | PDV de Justin.

La noche, callada y silenciosa. Fría y oscura. Este era mi hogar por las noches. Nadie conocía este lado de mi, nadie me conoce cuando estoy furioso, ni cuando debo hacer el trabajo.

Todos piensan que yo soy uno de esos niños buenos, pero se equivocan. 

Saqué las llaves de mi Camaro del bolsillo izquierdo de mi pantalón y entré en él. Abrí la guantera que se encontraba en el lado del copiloto y cogí mi arma de 22 mm. para guardarla en la cinturilla de mis pantalones, también cogí una bolsa de color negro de allí y la guardé dentro de mi chaqueta de cuero negro. Encendí el coche, procurando no hacer mucho ruido aun que fuera imposible y arranqué para alejarme lo más que podía de mi hogar.

Los caminos de tierra y piedras hacían que el auto se llenara de polvo y se ensuciara, aun que no me importaba demasiado. Lo único que tenía en mente era ir donde los chicos y yo nos habíamos acordado en juntarnos, a las 2:30 am. En el mismo callejón de siempre por la calle 714 de Camp Street. Debíamos reunirnos para así terminar de entregar algunos de los pedidos y terminar un ‘’pequeño’’ trabajo.

Sonreí para mis adentros. Vería la cara de ese bastardo cuando le apunte con el cañón de mi pistola sobre la cien para acabar con su patética vida. Por un momento, recordé el miedo que veía en los ojos de _______ cada vez que me acercaba a ella; un miedo profundo, terror.

Cuando vi su moretón en su pómulo me extrañé demasiado. ¿Qué le habrá sucedido? Esta tarde, cuando me la encontré sentada bajo ese árbol, no logré ver si aún lo tenía, por lo que era más que seguro que había intentado ocultarse las marcas. También fue extraño habérmela encontrado sola, casi congelada, bajo ese árbol en medio de una gran ventisca y cuando me contó lo sucedido, no le creí. ¿Haberse perdido?

Negué para mi mismo. Encendí la radio en cuanto salí de los caminos de tierra y pasé a los de cemento. En la radio que tenía puesta estaban dando ‘’Demons’’ de Imagine Dragons.



(…)

Llegué a la 714 Camp Street y luego de estacionar y apagar el motor de mi polvoriento auto, bajé con la bolsa de plástico negro y caminé hasta adentrarme en la oscuridad del callejón. Al llegar a una puerta verde, giré el pomo y entré. Respiré el aire con olor a cigarro y marihuana, ya deben estar todos aquí.

Me adentré más a la construcción que usábamos como base. El lugar estaba abandonado y nadie sospechaba de que nuestro paradero era este lugar. Entré a la sala y vi sentados en el único sofá gastado que había allí a los hermanos Marcus y a Jason Lodge, uno al lado del otro mientras ambos fumaban que se yo que cosa. Ambos tenían 17 años, eran los menores aquí con esa edad. Marcus y Jason tenían el cabello negro hasta la altura de los ojos, liso. Jason de ojos verdes y Marcus de ojos mieles. Los hermanos medían 1,80, los que le daba una edad mayor a la que tenían.

A su lado, estaba Michael Busher, el líder y el mayor de nuestra banda llamada ‘’The Black Wing’’ (La Ala Negra). Tenía 20 años y medía casi los dos metros; 1,97 para ser exactos. Cabello rubio, tez blanca y ojos azules, atraía a chicas por montones.

Y parados a los lados del umbral de la puerta que llevaba a una habitación, estaban Jared Lauper y Kyle Wells. Jared tenía cabello castaño y ojos del mismo color. Un rostro cuadrado y gran nariz, pero aún así las chicas lo encontraban atractivo. Era un poco más bajo que yo, al igual que Kyle. Jared tenía 19 y era méxicano, pero se escapó de la policía allí y llegó aquí, donde lo integramos a nuestra pandilla, mientras que Kyle tenía actualmente 18, al igual que yo. Él tenía el cabello de un fuerte rojo y usaba aros en los labios, nariz y orejas. Su tez era tigreña y un poco aceitunada en algunas zonas de los brazos y piernas. Todos tipos duros buenos para las peleas.

Lancé la bolsa sobre la mesa de centro que se encontraba allí y esperé allí, de pie alguna reacción antes de hablar.

—¿Qué debemos hacer primero, mhm? ¿Matar al bastardo de Alan y entregar el pedido, o entregar el pedido y matar al bastardo de Alan? —pregunté, mientras sacaba un cigarrillo del bolsillo de mi chaqueta y lo encendía con el encendedor que estaba sobre la mesa. Inhalé una gran calada antes de expulsar el humo por mi boca.

—Primero… —habló Michael, mientras se levantaba y tomaba la bolsa para ver su contenido: Drogas —…Nos dividiremos. Tres irán conmigo a matar a Alan y tres irán a entregarle esto a Charles —nos miró a todos mientras suspiraba para volver a hablar— Justin, Jared y Jason vendrán conmigo. Los demás, tomen la camioneta y vayan a darle las drogas a Charles.

Él comenzó a caminar a la salida, obligándonos a seguirlo por la espalda mientras los otros tres se quedaban allí parta esperar a que nos fuéramos. Le lancé las llaves de mi Camaro a Michael, quien las atrapó en el aire y nos subimos a este para partir en la dirección a la muerte de Alan.


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*Para las que no sepan, ''PDV'' significa ''Punto de Vista''.*

Hola chicas!*-* Perdón por no haber subido capitulo el otro día es que estaba ocupada con problemas familiares pero ya esta todo bien no se preocupen(-8 Bueno la novela se esta poniendo buena y cada vez va a estar mejor 7u7 Así que no se desesperen todo a su tiempo. Espero y de verdad les este gustando la novela, las amo, muchas gracias por leer <3.

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cámbienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación xx -Emilia.


Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGabaa)




No olviden que si les gusto el vlog pueden darle +1, comentarlo y compartirlo con sus amigos eso me ayudaría de mucho. Muchas gracias por leer y nos vemos hasta la próxima(-8