domingo, 29 de junio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo O2

Mi mirada fija en el espejo del baño, viendo como un gran moretón comenzaba a formarse sobre mi pómulo. Manchas color rojo, morado e incluso verdes rodeaban mi ojo inyectado en sangre a un lado. Odio a Aimé, la odio. 

—¿Porqué esto me tiene que pasar a mi? —sollocé, mientras las lágrimas comenzaban a caer por mis ojos.

Abrí la llave del agua fría y, juntándola en mis manos, me mojé el lugar dónde Aimé me había golpeado. Tiene la mano dura, pero no le llega ni a los talones a mi padre. Pensé. Dolía y ardía de una forma horrible. Lo malo, es que no había traído la crema que ocupaba para ocultar otras heridas y que lograba esconder moretones o manchas provocadas por los golpes que recibía. Bien, tendría que inventar una excusa por si alguien me pregunta. ‘’No miraba por donde iba y me golpee con un ventanal’’ ‘’Iba distraída y choqué contra una pared’’

Si, podría funcionar.

La campana del receso sonó por los pasillos, y yo me apresuré a salir, intentando que mi cabello castaño creara una cortina que apartara las miradas de otros estudiantes hacía mi rostro. Cada vez que pasaba al lado de alguna persona recibía insultos o empujones; ‘’Hola rarita’’ ‘’¿Qué te sucedió en el ojo?’’ ‘’Creo que Aimé te dio un buen golpe’’

Ignorando el dolor que sentía en mi pecho, caminé más rápido, yendo hacía mi casillero para sacar el libro que necesitaba para la siguiente clase. Al llegar, lo abrí y saqué el libro de Historia junto con una agenda y un lápiz para tomar apuntes. Después de cerrarlo, caminé hacía el aula. Cuando ya iba entrando, sonó nuevamente la campana que anunciaba el fin del receso, por lo que estaba asegurada que ésta estaba vacía. Me senté en uno de los asientos de al frente, al lado de la pared y ventana como siempre. Nadie tomaba el asiento a mi lado, ya que éramos pocos y sobraban al menos dos o tres asientos más en toda la clase. Era mejor para mi. A los pocos segundos, el aula comenzó a llenarse de a poco, primero entraron los inteligentes de la clase que eran dos chicos, Andrew y August. Luego entraron los chicos de la ‘clase media’’ de la escuela que era un grupo como de diez chicos y entre ellos, chicas. Luego los populares que entraban casi siempre de los últimos, Aaron era novio de Aimé, lo típico. Sus dos amigas iban atrás. Entraron cinco chicos más que formaban parte del equipo de la escuela, luego de ellos, entró el Sr. Adams, cerrando la puerta tras de si.

—Buenos días, alumnos —dijo, mientras hacía su camino hasta su escritorio dejando sobre él los libros e informes —Bien, antes de comenzar… —fue interrumpido por la puerta que se había abierto.

De allí, entró un chico de cabellos dorados, ojos mieles y piel blanca. Llevaba puesto unos jeans sueltos de un color azul oscuro, una camisa verde oscura y sobre los hombros una chaqueta de cuero. En una mano tenía varios papeles, lo que me daba a entender que era nuevo. Él caminó hasta el profesor y le entregó un papel. Intercambiaron unas cuantas palabras antes de que el Sr. Adams volviera a hablar: —Este es vuestro compañero nuevo. Vino desde Chicago a estudiar aquí en Nueva Orleans. ¿Cuál es tu nombre, muchacho? —preguntó el Sr. Adams.

—Justin Bieber.
—Bien, Justin, siéntate donde gustes —le dijo antes de ir a su escritorio y comenzar a leer unos papeles.

Justin miró distraídamente todos los puestos, hasta que su mirada calló firmemente hasta donde me encontraba yo, lograba verlo a través de mi cabello. Él caminó despreocupadamente hasta el lugar donde estaba sentada, para detenerse frente a él.

—¿Está ocupado? —preguntó, su voz ronca y gruesa.

Negué, mientras agachaba más la cabeza para que así el velo que formaba mi cabello fuera más largo. El se dejó caer a mi lado, mientras colocaba sus cosas sobre su mesa. Miré hacía los lados de mi cabeza, los jugadores se reían mientras me miraban, otro par reía por algo que había dicho Aimé, seguramente contando lo que me había echo. Quizás él también quería ser parte de este juego, y, ¿porqué no?

—Bien, como decía, antes de comenzar entregaré los pases libres para el almuerzo, ¿bien?

Oh, no —¿Marcie?

La chica pelirroja levantó la cabeza y lo miró —¿Podrías entregarlas?
Marcie asintió y se levantó. Tomó los papeles y, leyendo el nombre que aparecía en la boleta, comenzó a repartirlos. Entregó la primera a Taylor Blair, todos de la escuela sabían que él era de clase baja, pero no lo molestaban como a mi. La siguiente fui yo. Marcie rió al ver como yo bajaba sumisamente la cabeza e intentaba esconderme en mi lugar.

—Bien, rarita, no te escondas de la realidad —rió y miró a Justin a mi lado, como esperando a que él riera con ella. Yo también lo esperaba, pero no lo hizo. En cambio, le dio la espalda a Marcie, obligándola a volver a sentarse en su lugar.



Durante el resto de la clase, lograba sentir la mirada de él sobre el lado derecho de mi rostro. Supongo que estaba deduciendo el daño en mi ojo, ya que estaba a la vista de él. Yo solo intentaba hundirme en mi asiento y prestarle atención a las palabras del Sr. Adams, pero no podía. ¿Sería él el siguiente en burlarse de mi?, ¿o golpearme? Pensar en eso me ponía enferma. La hora pasó y sonó la campana. Me levanté apresuradamente, recogiendo mis cosas a tiempo record. Salí antes que todos a pasos apresurados y me dirigí a mi casillero, sin importarme a quien empujaba o los insultos que recibía. Lo abrí y dejé mis libros allí. Caminé con sigilo a la cafetería para ir por mi almuerzo.

Al llegar, vi que la fila era pequeña, no larga como luego de unos minutos así que me formé allí. Al llegar mi turno, enseñé a la cocinera mi pase para no pagar por mi almuerzo, esta asintió y me dio algo de arroz, pollo y ensalada junto con una fruta y un jugo. Tomé la bandeja y caminé a la mesa que siempre ocupaba. Siempre me sentaba sola en aquella mesa, ya que Aimé comenzó a decir que esta mesa era solo para la ‘’rarita’’, y de allí todos le hicieron caso. Las puertas se abrieron, dejando ver a Justin de pie junto con tres chicos del equipo de fútbol de la EW, Louis, Joshep y Christhoper ‘’Chris’’. Los cuatro reían al unísono, mientras se formaban para conseguir su almuerzo.

Me concentré en mi comida, ya que suponía que sería lo único que podría comer en el día. Los almuerzos siempre los aprovechaba, ya que la mayoría de las veces papá me dejaba sin cenar. De esta forma no amanecía famélica al día siguiente. Me llevaba la fruta para la cabaña, así igual tendría algo para comer a la noche.

Mientras comía, sentí como unas sillas de la mesa que estaba frente a la mía se corrían. Alcé la mirada para ver como Justin, Josh, Chris y Louis se sentaban allí, mientras hablaban animadamente. La mayoría de las veces esa mesa también quedaba desocupada, o la ocupaban los nerds de la escuela. No les presté mucha atención. Me pasé una mano por mi frente, tocándome los moretones que tenía allí, gimiendo de dolor y maldiciendo por mi estupidez. Sentí la mirada de Chris sobre mi, pero no vi ninguna mueca de gracia o que le causara risa lo que había pasado. Me sentí intimidada de inmediato. ‘’No, no los dejes manipularte’’.

Justin miró hacía mi lado derecho fijamente, acechando algo. Volví a encogerme para ver de reojo a mi derecha. Aaron se acercaba a mi con una pose felina, como esperando a que su presa esté distraída, en su rostro una sonrisa cínica. Me miraba atentamente, sabía sus intenciones y solo comencé a prepararme mentalmente para lo que venía. Él tomó el lugar a mi lado.

—Hola rarita —dijo en mi oído.

Me aparté de él.

—Oh, no tengas miedo, cariño —rió, mientras posaba una de sus manos en mi rodilla. Corrí la cara, intentando no verle. El rió aún más fuerte mientras me tocaba mi mejilla dañada, haciéndome gemir del dolor.

‘’Ouch, duele, para, por favor’’

—Te duele, ¿eh? —dijo cínico.

Comenzó a subir su mano hacía arriba por mi muslo. Me aparté de un empujón.

—No me toques… —le dije.
—Oh, cariño, nos divertiremos.

Siguió riendo mientras volvía a apretar mi mejilla, provocando que cerrara los ojos con fuerza para evitar aullar de dolor. Dolía demasiado para ser unos moretones.

—Ella dijo que la sueltes.

Abrí mis ojos ante esa voz masculina, y me encontré a Justin de pie detrás de Aaron. Su expresión fría, calculadora y seria. Aaron le dirigió una mirada cómplice.

—Oh, vamos, nos estamos divirtiendo. ¿No es así cariño? —me soltó la mejilla. De inmediato llevé mi mano allí y la froté con suavidad sobre las contusiones. Negué para mi misma.

Justin agarró del hombro de la chaqueta a Aaron y lo alejó de mi.

—No te vuelvas a acercar a ella. Estás advertido, imbécil.

Aaron lo miró furiosamente. Se soltó de un movimiento brusco y caminó hasta donde estaban sus amigos. Le dirigí una mirada apenada y avergonzada a él, quien me miró y, sin decir ninguna palabra, le alejó hasta salir de la cafetería. En cuanto desapareció de mi vista, noté que todo el mundo estaba en silencio y su atención estaba sobre mi. Algunos hablaban en susurros entre ellos, claro, ¿Quién me defendería de esa forma?

Sintiéndome extrañamente enferma, me levanté agarrando la manzana y salí de allí prácticamente corriendo.


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Hola!^-^ Chicas ya son más lectoras y ya viene lo bueno de la historia van a pasar muchas cosas buenas y otras se podría decir que malas(?) Bueno mejor ya me cayo porque no me gusta hacer Spoiler xD ¿Alguna es de México? ¿Si? Pues México perdio el partido de hoy contra Holanda:c La verdad llore de enojo porque el maldito arbitro comprado marco un penal que no era para Holanda, pero bueno mejor dejo de hablar de eso porque me enojo... Espero que les guste mucho la novela al igual que ami♥ y recuerden esta novela NO ES  MÍA. 

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cambienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación, xoxo -Emilia^^



Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGabaa)



No olviden que si les gusto el vlog pueden darle +1, comentarlo y compartirlo con sus amigos eso me ayudaría de mucho. Muchas gracias por leer y nos vemos hasta la próxima(-8

lunes, 9 de junio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Sálvame | Capítulo O1.

Los rayos del sol atravesaron la ventana sin cortinas o visillos, llegando justamente en mis ojos y logrando, así, que me despertara. Hoy era mi primer día de la secundaria luego de unas vacaciones pequeñas de invierno de dos semanas. Me levanté, sintiendo un pinchazo de dolor en el pecho, justo dónde papá me había roto la costilla. Gemí por lo bajo, para luego ignorar el dolor e ir a buscar algo de la única ropa que tenía y que aún me quedaba. Sobre una desgastada silla de madera, tenía mi ropa. Mi cuarto era muy pequeño, y con suerte allí entraba la cama en la que dormía, por lo que no podía darme el lujo de también poner algún armario o algún mueble, uno, por que no cabría, y otro, por que no teníamos dinero.

Saqué una remera color gris desteñido. Era vieja y ya estaba desgastada, pero no tenía algo más decente para ponerme. Me quité la blusa que ya me quedaba pequeña y que la usaba para dormir para ponerme la que había sacado. Seguido, saqué unos jeans gastados, lo bueno es que eran de mi madre y ella antes de que muriera me lo había regalado. No me quedaban cortos como la mayoría, era una ventaja. Busqué bajo la cama luego de colocármelos mis viejas zapatillas deportivas y me las coloqué. Cogí un polerón que había encontrado olvidado en la biblioteca pública. Ése día había ido allí para estudiar para un examen de Biología, y cuando salía de allí lo encontré. Le había dicho a la bibliotecaria que lo dejara allí con el resto de las cosas perdidas, pero ella me había dicho que me lo quedara yo. Así lo hice. Era tibio y suave por dentro, y además me quedaba muy grande.

Saqué mi bolso donde estaban mis libros y cuadernos que, trabajando a escondida, había podido comprar junto con uno o dos lápices. El bolso era viejo y feo, de un color café oscuro desgastado y con manchas de todo tipo, pero no me importaba mientras no estuviera en la secundaria.

Sabía que a esta hora mi padre ya había salido a trabajar, era Martes, hoy le pagarían y me libraría de una noche sin golpes, ya que era obvio que saldría a emborracharse por allí. Bajé las escaleras, maldiciendo en voz baja cuando sentía puntadas en mis costillas. Salí de la pequeña casa de madera que había entre una pradera al lado del bosque y comencé mi caminata diaria. Me demoraba al menos una hora en llegar a la escuela, y otra hora para volver aquí. La Easton Warren quedaba lejos de donde yo vivía, pero aún así, era la más cerca que tenía. Caminar no me agotaba tanto, ya que ya estaba acostumbrada a estos caminos largos. Era las burlas y miradas que tenía que soportar a medida que iba llegando ya a la calle donde la EW estaba ubicada.

A mi, aparte de recibir golpes, insultos y maltratos en mi casa, también los sufro en la escuela. Y cada día parece ponerse peor.

Todo por Aimé Lubert. Ella es la chica popular de la secundaria (no conozco una que no la tenga) y junto con sus amigas, se divierten haciéndome la vida imposible. ¿Podrían creer si les digo que ella alguna vez había sido mi mejor amiga? Fue hace años, las dos teníamos 12 y, cuando le conté lo que le había ocurrido a mi madre, ella se había alejado de mi sin decir nada y comenzó a juntarse con las personas que dicen ser sus amigas. No sé que fue lo que pasó, o que fue lo que hice para que ella se alejara de mi y comenzara a maltratarme física como psicológicamente. Y de todas las formas posibles.

Los minutos pasaban mientras yo caminaba por los caminos de tierra, rocas o pastizales. Este era mi atajo para así llegar más temprano, ya que si tomaba los caminos de concreto me demoraría más de una hora y eso provocaría que llegara tarde a clases.

A lo lejos pude ver la secundaria Easton Warren. Una construcción enorme, pintada por fuera de un color beige desgastado, con grandes áreas verdes y grandes zonas para juegos deportivos del equipo de la escuela. Caminé a pasos lentos, preparándome mentalmente para los insultos que recibiría al acercarme más allí.

Mientras avanzaba, lograba ver como las miradas de los grupos que se juntaban fuera del establecimiento para cuchichear antes de clases se posaban en mi. Si las miradas mataran… Me negué a mirarlos con temor.

Uno de los chicos que jugaba en el equipo de la escuela se acercó a mi a grandes zancadas, mientras miraba de reojo a sus amigos del mismo equipo y reía para él mismo. Aaron posó su mano sobre mis hombros, mientras me miraba y alzaba una ceja.

—Pero miren quien llegó. Pensé que no vendrías, rarita.

Rarita. Hace mucho que no me llamaban así, hace dos semanas que no escuchaba ese apodo.

—Aléjate de mi.
—Wow, parece que alguien se levantó de pie izquierdo esta mañana, ¿eh, gatita?

Me aparté de él con un empujón, para luego sentir unas manos en mis hombros. Suspiré exasperada, ¿hasta cuando tendré que seguir soportando tantos abusos? El que se encontraba atrás de mi me quitó mi dañado bolso y comenzó a vaciarlo en el suelo, para luego tirarlo hacía un charco de lodo húmedo, creado por las regaderas automáticas.

—¿Sabes rarita?

No respondí.

—Te hice una pregunta, tonta.

Mordí con fuerza mi labio inferior, tan fuerte que estaba segura que me lo estaba rompiendo. Levanté la vista hacía él.

—¿Qué?
—Eres estúpida.

La campana sonó. Aaron sonrió satisfecho y se fue con sus amigos mientras reían y entraban. Yo solo tomé mis libros, cuadernos y lápices y fui a ver el bolso. Estaba empapado y más sucio que antes, ya no lo podría llevar así. Bajé la mirada mientras suspiraba. Llegaría tarde a clases. Tomé bien el pesado material y, con la cabeza gacha, comencé a caminar hasta entrar e ir a mi casillero. Saqué la llave del bolsillo de mis jeans y lo abrí, seguido deposité los objetos dentro ordenadamente y lo cerré. ¿Qué daño me haría faltar a una clase? Guardé mis manos echas puños en el bolsillo del polerón y fui a los baños, mientras intentaba que la rabia e impotencia no se adueñaran de mi.

Al entrar, me llevé una no deseada sorpresa. Allí, frente al espejo y maquillándose, estaba Aimé, junto con sus amigas, Dann y Lucy. Las tres me miraron, pero vi como una sonrisa cínica se formaba en los labios de Aimé. Ella dejó el lápiz labial a un lado y me miró fijamente.

—Vaya, vaya. Miren quien se apareció al fin. Ya me empezaba a aburrir.

Me alejé, e intenté salir del baño antes de que me hicieran algo, pero no funcionó. Dann me había agarrado del brazo y empujado hacía dentro, mientras que Lucy aprovechaba de bloquear la salida. Provocó que tropezara y caí al suelo mojado y sucio.

—Levántate, tontita —me dijo entre risas Aimé.

Me levanté, no quería que se enfadara ya que eso lo haría peor. Bajé la cabeza.

—Me das pena, rarita. ¿Haz visto tu ropa? ¡Pareces una vagabunda! Se que eres pobre, pero vamos, al menos roba algo, no lo sé.

Bajé la cabeza algo avergonzada. Ella tenía razón, parecía un asco. ‘’¡No! No dejes que tus palabras te manipulen’’
Me agarró con fuerza una mejilla, yo solo la aparté con fuerza. Ella me lo devolvió con una bofetada muy fuerte y demasiado cerca de la cien, provocando que volteara mi cabeza hacía el lado contrario, gimiendo por el ardor que se formó en el lugar del impacto. Coloqué mis manos sobre mi ojo que ardía como nunca, mientras las lágrimas comenzaban a salir.

—No vuelvas a poner las manos sobre mi, sucia. ¿Entiendes?

Asentí, sin moverme, mientras sentía como las tres abandonaban el baño. 

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Hola chicas!:3 Pues no sabia si subir este capítulo o no, pero como vi que subieron las lectoras se merecen el capítulo, quiero recordarles que voy a estar subiendo capítulo todos los lunes, así que no se desesperen seré cumplida y todos lo lunes subiré capitulo por ustedes<3. Espero lean y amen la novela tanto como yo ñ.ñ

P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cambienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación, xoxo -Emilia^^


Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGabaa)


 

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lunes, 2 de junio de 2014

Sálvame - Justin Bieber y tú

Prólogo

¡PAAM!

Caí al suelo con una fuerza increíble, que me sorprendió que no me haya roto. Él se acercaba a mi, sentía sus pesadas pisadas chocar contra el suelo de madera. Respirando aceleradamente, moví un poco la cabeza para ver cómo él lanzaba contra mi estómago la botella de vidrio vacía de cerveza. El impacto causó en mi que me estremeciera, pero estaba contenta en un grado mínimo saber que los vidrios partidor y afilados no habían perforado mi piel, todo gracias a la chaqueta que traía puesta para calentar mi piel y protegerla del clima frío de invierno. El gruñó al ver que no me había sucedido nada con la botella. Vi sus ojos, estaba ebrio. Sus oscuros ojos estaban impregnados en sangre por el alcohol que tenía él en su sistema. Me pateó cruelmente las costillas, quitándome el aliento y haciéndome aullar por el dolor del impacto de su bota. El rió, mientras caminaba hacía una silla. Se sentó en ella y me miró.

—Eres tan estúpida. Supongo que eso te enseñará a que debes lavar los platos antes de que yo llegue a casa.

Respiraba entrecortadamente, la sensación de tener a tus pulmones intentando recobrar el oxígeno perdido por el golpe era increíblemente dolorosa. Gimiendo, intenté ponerme de pie, pero de inmediato caí por el dolor de mi pecho. Fue ahí cuando supe que me había roto otra costilla más. Sacando fuerza mental y física, volví a intentarlo y me levanté, tambaleándome. Me afirmé de la mesa desgastada de madera para evitar caerme. Bajé la vista.

—Lo siento padre.
—Vete, no te quiero ver aquí. Y si no sabes, no te has ganado tu comida esta noche.

Asentí, e ignorando el dolor de mis costillas, caminé hasta mi pequeña habitación. Me dejé caer en la cama, mientras buscaba bajo mi almohada una gasa elástica. Me la coloqué sobre mis costillas, apretando firmemente y evitando así más daño en mi interior.
Yo debía de subir este tipo de abuso casi todos los días, pero no podía detenerlo, no tenía la fuerza para hacerlo. Él era mi padre, y ahora todo por mantenerlo a salvo.

Su alcoholismo comenzó con la muerte de mi madre. Yo para ese entonces tenía 12 años, y no entendía porqué mi madre nos había abandonado de esa forma. Mi madre esa misma tarde había salido a comprar algunas cosas para la casa, un auto no alcanzó a frenar y terminó arrollándola y quitándole la vida. Papá cayó en un estado grave de depresión, y comenzó a tomar más de la cuenta cada noche. Mi primer golpe fue cuando tenía 15 años, me había tropezado y caído sobre la alfombra, y accidentalmente mi pie chocó contra la mesa que contenía una botella casi vacía de cerveza. Papá se enfureció conmigo y me golpeó tan fuerte el brazo que me lo fracturó. Supongo que le quedó gustando esa sensación de superioridad que sentía cuando me levantaba la mano, que siguió así cuando veía en mi cada pequeño error que cometía. Los daños a veces eran graves, por eso tomé clases de primer auxilio en mi escuela todo un mes. Allí aprendí y logré aprender a curar mis heridas yo sola, incluso fracturas de esta magnitud. Esta no sería la primera vez que mi padre, golpeándome, me rompía las costillas. Lo bueno es que estas se han curado bien, tan bien que casi ni se notaba que me las hubiera roto.

Suspirando entrecortadamente, apreté las vendas y me acosté en el incómodo y desgastado colchón que tenía. Papá no tenía dinero para comprar nuevos, ya que cuando ganaba dinero se iba a emborrachar de los mejores licores que existen, y de vez en cuando trae comida. Me cubrí hasta la cabeza con las finas y frías sábanas de algodón, y, tiritando de frío, me quedé dormida.

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Hola Chicas!:3 Vuelvo a aclarar esta novela NO ES MÍA solo la subo porque es una de mis novelas favoritas. Subire el próximo capítulo cuado vea que hay más lectoras, es que no quiero estar subiendo capítulos si se que nadie o unas dos o tres personas solo la estan leyendo, cuando veo que hay más lectoras subire capítulos todos los lunes, espero y la amen tanto como yo*^*
P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cambienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación, xoxo -Emilia^^

Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGabaa)

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Sálvame - Justin Bieber y tú

Sinopsis

''Sálvame, por favor, sálvame de esta pesadilla''

''Haría lo que fuera por hacerlo, princesa''
''Sácame de aquí, haz que se detengan... Haz algo''
''Lo que sea por ti, nena''

(...)

''Yo sé como puedo salvarte''
''¿Cómo? Dime, por favor''
''¿Confías en mi?''
''Si, confío en ti''


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Hola chicas!\(^-^)/ desde un principio quiero decirles que esta novela NO ES MÍA, voy a subir esta novela COMPLETA porque es de mis novelas favoritas y solo esta es facebook también hay una en wattpad pero esta adaptada y no me gusto, voy a estar subiendo capitulos los Lunes, Miercoles y Viernes(-8 bueno espero y les guste la subo con todo mi amor<3 para ustedes. 
P.d.: Si no les gusta Justin Bieber cambienlo ustedes por su artista o personaje favorito solo usen su imaginación, xoxo -Emilia^^



Escritora original: Gabriela Elgueta (@SwagGabaa)


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P.d2.: Ceci la verdad regrese al vlog por ti, es que amo tus comentario loquillos xDD